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Salud
"En cuerpo sano, alma sana."
Las enfermedades y su conexión emocional
Desde pequeños, muchos de nosotros fuimos educados para pensar que las enfermedades siempre tienen una causa externa: el frío, el viento, los virus... Nos enseñaron que casi todo lo que afecta nuestra salud, proviene del exterior. Sin embargo, rara vez nos enseñaron a mirar hacia adentro, a observar cómo nuestras situaciones, emociones y energía pueden influir en nuestro estado físico. Esta manera de ver la salud deja de lado una realidad importante: nuestras emociones y energía juegan un papel crucial en el bienestar del cuerpo.
Un detalle importante que muchas personas desconocen es que, en los niños pequeños, hasta aproximadamente los ocho años de edad, las enfermedades no reflejan sus propias emociones, sino las de sus padres. Los problemas emocionales de la familia, especialmente de la madre y el padre, se manifiestan en el cuerpo del niño. A partir de los ocho o nueve años, las enfermedades comienzan a reflejar más las emociones propias del niño. Entender este concepto puede ser revelador para padres que buscan comprender mejor la salud de sus hijos.
Cuando vibramos bajo, cuando estamos llenos de emociones negativas o bloqueos energéticos, es mucho más probable que enfermemos. Por el contrario, cuando nuestra vibración es alta, cuando estamos en paz y en armonía con nuestras emociones, el cuerpo suele mantenerse saludable. Si esta perspectiva te resulta difícil de aceptar, no te preocupes, es completamente normal. Yo misma rechacé esta idea al principio, ya que, al igual que muchos, fui educada en una mentalidad diferente. Pero la vida me mostró otra realidad.
Como masajista terapéutica, a lo largo de los años he observado cómo las enfermedades, y dolencias en mis clientes, y en mí misma, siempre tienen una raíz emocional. El libro que consulto regularmente sobre las enfermedades emocionales ha acertado en cada caso. Lo que describe sobre las emociones detrás de una enfermedad siempre coincide con lo que he observado en mis clientes y en mí misma. Aunque mi mente estaba cerrada en un principio, no tuve otra opción que aceptar esta otra teoría al ver su exactitud en la práctica.
Mi recomendación es que, cuando te enfermes, te tomes el tiempo para leer sobre lo que tu dolencia puede estar tratando de decirte emocional y energéticamente. Si lo haces, descubrirás cómo tu estado emocional está directamente relacionado con tu estado físico. También puedes probar con una persona cercana, alguien que conozcas bien, y observar cómo su vida, sus problemas y su carácter se reflejan en su enfermedad. Al leer sobre su dolencia, te darás cuenta de que hay una conexión muy clara entre lo que el libro describe y la realidad de esa persona.
Aborto
El aborto es la negación consciente de un hijo no nacido, un acto motivado por el miedo al rol de madre y a los desafíos que conlleva (físicos, emocionales, mentales y sociales). También refleja la incapacidad de aceptar algo por lo que no se quiere asumir responsabilidad en el futuro, así como la falta de disposición para afrontar los retos y responder a las preguntas que plantea la vida.
Cuando se produce un aborto, es importante hacer las siguientes preguntas: ¿Quién quería al hijo, yo o mi pareja? ¿Tengo miedo de que el niño cambie mi relación o mis hábitos? ¿Temo no ser una buena madre debido a experiencias de mi propia infancia? Es posible que incluso el alma que iba a nacer haya cambiado de opinión. Por eso, es esencial abordar la situación con un corazón abierto, movilizar nuestras energías para resolver este estado "inmaduro", ya que, de lo contrario, es probable que futuros embarazos sean complicados. Los miembros de la pareja deben demostrarse mutuamente amor, respeto y responsabilidad si desean que el próximo hijo se desarrolle plenamente.
Qué hacer:
Evitar críticas y, en cambio, aprender a entender los sistemas de valores predominantes en cada momento. Es crucial dejar espacio para uno mismo, reconocerse y crecer de manera independiente de la maternidad, viendo la posibilidad de desarrollo personal que la maternidad puede ofrecer. Responder a los desafíos y armonizar el conflicto entre el deseo consciente e inconsciente de tener un hijo. Meditar sobre qué rol (madre, hija o mujer) tiene lugar en nuestra vida, y tomar conciencia del ego.
Según la filosofía esotérica, la vida no puede ser creada ni destruida, no tiene principio ni fin; simplemente existe. Debemos ser abiertos y receptivos a los grandes desafíos del destino, con entrega y responsabilidad, para madurar realmente y alcanzar la realización personal (que implica confrontar nuestras "sombras").
Acantosis
Qué hacer:
Acatisia
La acatisia, o incapacidad de estar sentado, está relacionada con la necesidad de clarificar e interpretar la situación básica, y con el constante ir y venir, como si se saliera del camino marcado, por ejemplo, en casos como el del Alzheimer.
Que hacer? Lo que se recomienda hacer incluye ejercicios de orientación mental y emocional, así como danzas con movimientos circulares, como el vals o las danzas en círculo. También se sugiere la práctica de la pintura de mandalas y la meditación vespertina como un ritual consciente, así como el inicio de actividades teniendo presente el mayor objetivo, que es la unidad. Se propone desarrollar una confianza consciente en la naturaleza circular de la vida (como una mandala) y una actitud abierta para meditar sobre cada uno de los aspectos mencionados.
Acidosis
(demasiado ácido en la sangre)
Acidosis o acidificación: el desequilibrio causado por un exceso de energía yang en el polo masculino. El exceso de energía yang en el polo masculino altera el equilibrio de los fluidos corporales (el alma), ya que el ácido repele los iones de hidrógeno, mientras que su contraparte, la base, los atrae y los absorbe.
La acidificación se manifiesta tanto a nivel micro como macro: en el microcosmos, se traduce en rigidez muscular y reuma, y en el macrocosmos, en lluvias ácidas, suelos ácidos y la deforestación.
Generalmente, asociamos la palabra "ácido" con algo corrosivo y amargo. Detrás de la acidosis subyace una amargura emocional, que refleja la negativa a procesar una situación que inconscientemente nos agobia. A nivel físico, esto se manifiesta de tal forma que la sangre y los fluidos celulares tienden a volverse más ácidos.
Por otro lado, la acidosis láctica, que implica una gran cantidad de ácido en la sangre, refleja que estamos viviendo la situación con gran intensidad. Esta condición se presenta frecuentemente en personas con diabetes (lo cual indica una tristeza profunda), insuficiencia renal (que revela grandes miedos), o leucemia (que sugiere la sensación de que debemos luchar por todo en la vida). En casos extremos, el exceso de ácido puede llevar a reuma como consecuencia directa y, a veces, inevitable.
Qué hacer:
Para resolver este desequilibrio, es necesario dar lugar al alma mediante medios masculinos, examinando más a fondo la esencia del cuerpo femenino y de la Naturaleza como nuestra madre, con el objetivo de encontrar una salida a esta unilateralidad. Reconocer, aceptar y llevar a cabo la acción del polo masculino yang nos ayudará a comprender la tarea de eliminar la acidez tanto en el entorno como en nuestro cuerpo. Esto se logra utilizando la verdadera naturaleza del polo masculino liberado, el cual fue distorsionado por su manifestación negativa no liberada, que a su vez ha creado el materialismo opresivo como contraparte de la espiritualidad. Aunque la energía yin femenina por naturaleza se relaciona con la espiritualidad, el lado negativo y no liberado del polo masculino yang ha promovido descaradamente el materialismo. El objetivo a largo plazo es crear armonía entre los polos masculino y femenino.
Procesar (integrar) significa que debemos resolver y manejar cualquier problema o conflicto que nos moleste, que rechacemos o que envenene nuestra vida.
Hagámonos la siguiente pregunta: ¿cuál es esa situación emocional que nos consume y nos llena de tanta amargura? Tal vez estemos atravesando una situación que trae a la superficie recuerdos dolorosos de nuestra relación con nuestra madre. O sentimos insatisfacción hacia nuestros hijos, amigos, o hacia colegas de trabajo con quienes tenemos una relación de tipo "maternal". La acidosis respiratoria indica que no eliminamos correctamente el dióxido de carbono a través de la respiración, lo que en este caso sugiere que estamos experimentando amargura hacia nuestro entorno o hacia las personas que nos rodean.
Acilia
La acilia o deficiencia de ácido gástrico está relacionada emocionalmente con la capacidad de asimilar y aceptar las experiencias y emociones que la vida nos presenta. La falta de ácido gástrico puede reflejar una deficiencia en la capacidad de "digerir" y procesar ciertas situaciones de la vida. Específicamente, se asocia con la energía masculina (yang) y la habilidad para descomponer y analizar, lo que implica que puede haber una falta de acción o resolución en cuestiones relacionadas con las emociones y el hogar (energía lunar o femenina).
Qué hacer?
Se recomienda dejar de lado las reacciones ácidas y agresivas hacia aspectos que tienen que ver con el hogar y el entorno emocional. Es importante entender que el "ácido" debe estar en el estómago, es decir, ser usado para digerir alimentos y no para reaccionar ante eventos o personas de manera crítica o negativa. El objetivo es equilibrar las reacciones emocionales y aprender a aceptar y procesar las experiencias sin juicios, simplemente dejándolas entrar y asimilándolas de manera adecuada.
En resumen, se sugiere abandonar las actitudes críticas o amargas y vivir las emociones plenamente, sin caer en el análisis excesivo y sin ver los eventos del mundo con una perspectiva "ácida". Aprender a recibir y digerir lo que sucede, sin emitir juicios, es el camino hacia la sanación emocional.
Adams-Stokes
La respiración de Adams-Stokes es causada por una lesión en el centro respiratorio como consecuencia de problemas cardíacos, derrame cerebral o intoxicación, y es una respiración que ocurre antes de la muerte física. El centro respiratorio representa el intercambio y está relacionado con la ley de la polaridad. Es una pérdida del ritmo, una lucha en una situación desesperada.
¿Qué se debe hacer? Debido a que la resolución por parte del paciente ya es difícilmente posible, es responsabilidad de los familiares. Para los acompañantes, la solución es la liberación final, es decir, ayudar al paciente a abandonar conscientemente el cuerpo. Esto puede incluir reproducir misas o oratorios en la habitación del paciente, o leer textos como el Libro Tibetano de los Muertos o la Biblia.
Addison
Glándula suprarrenal derecha, arteria renal derecha, vena renal derecha: grave desnutrición emocional. Enfado hacia uno mismo. Arteria mesentérica, vena cava, aorta abdominal. El mal de Addison es una insuficiencia suprarrenal que simboliza una decepción profunda en uno mismo. También puede indicar un estado extremo de desnutrición emocional y espiritual. Tal vez en la infancia uno de los padres nos oprimió excesivamente o experimentamos agresión emocional, traumas o un disgusto tan intenso que sentimos que nuestra vida estaba en peligro. Como resultado, nuestro futuro se volvió incierto y comenzamos a dudar de nuestras propias habilidades. Esta enfermedad generalmente está acompañada de una actitud extremadamente derrotista; la persona se vuelve sin rumbo, no le interesa ni a sí misma ni a su entorno. A menudo estamos nerviosos y frecuentemente encontramos a otras personas antipáticas.
Es momento de encontrar nuestro lugar en el mundo y tener la energía necesaria para alcanzar nuestras metas personales sin necesitar la aprobación o consentimiento de los demás. Intentemos encontrar un método que nos acerque a nuestro yo interior, que posee recursos ilimitados y una gran autoestima. Me cuido con amor, cuido mi cuerpo, mi alma, mi mente y mis emociones.
El mal de Addison es una insuficiencia parcial de la corteza suprarrenal, lo que provoca una carencia de cortisona, aldosterona y hormonas sexuales (portadoras). Sed no solo en el sentido literal, sino una "sed del agua del alma", falta de apetito: la persona ya no tiene interés en el sabor de la vida. Pérdida de peso: el individuo ya no siente su propio peso en la vida. Diarrea: claramente la persona está "asustada" de algo. Debilidad: la pérdida del poder. Pigmentación intensa de la piel y las mucosas: la persona finge vitalidad.
Adenitis
La adenitis, o inflamación de las glándulas, tiene una causa emocional. Cuando uno de los ganglios linfáticos de nuestro sistema linfático se inflama, estamos experimentando un miedo relacionado con alguna emoción. La parte del cuerpo afectada nos advierte sobre qué área de nuestra vida se trata. Intentemos averiguar la causa del dolor para reconocer con mayor claridad a qué está vinculado este miedo, y luego intentemos superarlo.
Adenoidea
Vegetación adenoidea (crecimiento excesivo de las amígdalas faríngeas) - causas emocionales: Fricciones familiares, discusiones. El niño se siente estorbado o no deseado. El tejido linfático en la pared posterior de la cavidad nasofaríngea (amígdala faríngea), cuyo agrandamiento patológico se observa principalmente en niños y adolescentes, crece restringiendo la cavidad nasofaríngea, lo que dificulta o imposibilita la respiración nasal. El habla se vuelve murmurada, y la cara adquiere una expresión torpe. La enfermedad, que implica un agrandamiento de la amígdala faríngea detrás de la cavidad nasal, afecta principalmente a los niños. Esto causa una congestión nasal, obligando al paciente a respirar por la boca.
Aquellos que son muy sensibles, con una intuición desarrollada, "cierran" su nariz para no percibir cosas que puedan herirles, muchas veces magnificando pequeñas trivialidades. El paciente no encuentra su lugar en la familia, está enojado y siente que no lo aceptan. Estos conflictos y tensiones familiares proporcionan un terreno fértil para el desarrollo de la vegetación adenoidea.
Qué hacer: Este niño es deseado, es bueno que esté aquí, y es muy amado.
Adenoma
tumor benigno de glándula
El adenoma es un tumor benigno de una glándula. Al igual que con cualquier tumor en general, esta alteración es desencadenada por un choque emocional, y comienza a desarrollarse en la parte del cuerpo que ha sido afectada por esa conmoción (lo mismo se aplica al páncreas, hígado, riñones, próstata y las glándulas endocrinas).
Qué hacer: Es necesario aceptar los eventos del pasado para permitir el progreso y poder avanzar.
Adenopatía
La adenopatía se refiere al agrandamiento de los ganglios linfáticos, que ocurre como resultado de inflamación, tumor o infección. Dado que los ganglios linfáticos funcionan como pequeños "riñones" o filtros del sistema linfático, esta enfermedad nos afecta debido al estrés o conmoción emocional provocados por el miedo a los sentimientos. Nos sentimos atrapados en una callejón sin salida emocional. La parte del cuerpo afectada (cuello, axilas, pecho, abdomen, ingle) donde se ha hinchado el ganglio proporciona información más específica sobre en qué área de nuestra vida se encuentra el problema.
Qué hacer: Debemos fortalecer nuestra independencia, confianza en nosotros mismos y en los demás para tomar control de nuestra vida.
Adnexitis
La adnexitis es una inflamación en la zona de los órganos sexuales femeninos, relacionada con conflictos sobre la fertilidad, la procreación y la sexualidad. La persona ve la sexualidad de manera equivocada, tratándola como si fuera una competencia, sobrecargando tanto el tema como la zona afectada.
Qué hacer: Cuidar la pureza en esta área, reconocer que el cambio frecuente de pareja sexual puede ser una expresión de conflicto, y vivir la sexualidad de manera adecuada. Es importante expresar valiente y abiertamente nuestras propias ideas sobre la fertilidad y la maternidad.
Afasia
(trastorno del habla)
La afasia ocurre cuando el centro del lenguaje en el cerebro está bloqueado, lo que afecta otros sentidos y vías de comunicación que quizás antes se habían descuidado. El lenguaje de las emociones y sentimientos tiene una nueva oportunidad de manifestarse, y es posible que nuestra alma esté intentando corregir un exceso de intelectualismo en nuestra vida.
Qué hacer: Reconocer qué es lo que "no deja hablar" al paciente; es más importante escuchar a los demás que hablar uno mismo. Comunicarse a través de sentimientos e intuiciones, es decir, sin palabras. El paciente debe aprender a transmitir cosas que no pueden expresarse mediante palabras. Descubrir nuevas formas de expresión, priorizando la "entrada" en lugar de la "salida". Valorar y practicar el silencio, aprender a escuchar "la voz del corazón" y desarrollar un estilo de vida contemplativo.
Afonía
La afonía puede tener varias causas, pero generalmente es provocada por una lesión en la laringe. Cualquier daño que afecte las cuerdas vocales puede ser la causa. Para producir sonido, las cuerdas vocales deben acercarse entre sí y vibrar. Esto es lo que genera la voz para hablar y cantar. Si las cuerdas vocales no pueden acercarse ni vibrar, la voz se pierde. Aun así, la persona afectada puede susurrar, ya que eso solo requiere la vibración de las falsas cuerdas vocales; sin embargo, si el nervio recurrente se daña en ambos lados, la capacidad de emitir sonido se pierde por completo.
La voz simboliza la autoexpresión y la creatividad. Un gran choque emocional (preocupación, tristeza) puede llevarnos a un estado en el que ya no sabemos qué decir. Es posible que este miedo intenso lo hayamos experimentado en el ámbito sexual, lo que afecta directamente la garganta y las cuerdas vocales, ya que, en cierto sentido, el centro de energía sexual (segundo chakra) está estrechamente conectado con el centro de la garganta (quinto chakra). De cualquier forma, la situación nos impactó tanto que no podemos hablar, no sabemos qué decir, ¡nos quedamos sin aliento!
Si un shock emocional nos hace desperdiciar nuestras energías, se forma un vacío interno que absorbe y suprime los sonidos que emitimos. En estos casos, es importante reconectar con nuestra comunicación interna. También es posible que este estado nos proteja, evitando que divulguemos secretos importantes.
¿Estamos usando nuestra voz para cosas buenas? ¿Quizás necesitamos guardar silencio por un tiempo? Estas son preguntas importantes que debemos plantearnos, como dice el dicho: "El silencio es oro, la palabra es plata".
Debemos aprender a utilizar nuestras capacidades de la manera más adecuada y expresar nuestras emociones, pensamientos y creatividad respetando a los demás.
Afta
El afta es una úlcera en la mucosa bucal, pequeñas lesiones inflamadas causadas por virus que interrumpen la continuidad de la mucosa en la boca. A nivel físico, la boca está relacionada con la recepción, la expresión y la madurez; la lengua con la expresión verbal y el lenguaje como una "arma", y el paladar con el sentido del gusto.
Aunque es inofensiva, esta condición provoca conflictos dolorosos relacionados con el gusto, transformando el placer oral en un proceso doloroso. También puede representar compromisos insatisfactorios sobre la pureza y la salud de lo que consumimos. En los niños, a menudo está relacionada con la ingestión de suciedad en grandes cantidades, lo que altera la higiene bucal, y el cuerpo responde con una reacción de hipersensibilidad.
Qué hacer: Enfrentar de manera abierta y directa la elección de sabores y alimentos (por ejemplo, después de un ayuno). Hacerte la pregunta: "¿Qué es lo más adecuado para mí?". Dejar que los síntomas nos guíen, ya que su dolor casi nos obliga a un ayuno, y buscar los placeres en otros lugares o niveles. Protégete de las cosas que te resultan insoportables; en términos de calidad, cantidad y consciencia, no ceder, volverte firme y decidido.
El afta es una lesión superficial dolorosa rodeada de inflamación que aparece en las mucosas, principalmente en la cavidad bucal: en las mejillas, labios, paladar, lengua y la mucosa faríngea. Es una lesión en la superficie de la mucosa oral, que suele manifestarse como una protuberancia blanquecina. Surge porque reacciono de manera sensible y fácil a mi entorno, absorbo fácilmente las vibraciones y el estado de ánimo de una situación. Sufro en silencio, con la boca cerrada.
También puede ser una señal de que enfrento dificultades que comienzan a arraigarse y volverse permanentes. El afta puede indicar que no soy capaz de expresarme, de decir lo que pienso o de reaccionar ante las cosas, porque no creo que esté en mi poder hacerlo. Es posible que en mi juventud viviera una situación incómoda sobre la cual no podía reaccionar o no me sentía capaz de manifestarme con firmeza. Si hoy en día vuelvo a experimentar una situación similar, recordando (conscientemente o inconscientemente) ese evento, las aftas vuelven a aparecer.
Mis palabras son en vano y están incompletas porque estoy demasiado nerviosa. Me quedo en silencio, sin pensar en rebelarme. Si soy víctima de una injusticia o siento asco por algo, si oculto mi insatisfacción (en mi boca), si deseo "desahogar mi corazón", puedo hacerlo de manera abierta y en armonía conmigo misma. Sin embargo, cuando abro la boca para hablar y expresarme, las aftas me causan dolor. Si quiero evitar que regresen aún con más fuerza la próxima vez, debo expresarme de manera abierta y tranquila a partir de ahora.
Agammaglobulinemia
La agammaglobulinemia es una enfermedad causada por la falta de anticuerpos, lo que significa una deficiencia en el sistema inmunológico. Esto provoca una vulnerabilidad ante ataques externos e internos, no solo de patógenos externos, sino también de bacterias que normalmente habitan en el cuerpo, como las del intestino, que pueden volverse peligrosas.
Qué hacer: A nivel consciente, es necesario "deponer las armas", abrir las fronteras del alma en lugar de renunciar a la defensa a nivel físico. Reconocer la infinitud de la vida y comenzar a vivir plenamente, entendiendo que todo está interconectado. La separación y distinción son solo obra de la mente.
Agorafobia
La agorafobia es el miedo a los espacios amplios y abiertos; el paciente teme aventurarse en el vasto mundo exterior, lo que refleja un miedo a los espacios grandes y libres en los planos mental y espiritual.
Qué hacer: Es importante tomar conciencia de la última fase del nacimiento, cuando se pasa de un espacio reducido a uno más amplio (sensación de pérdida en el mundo). Reconocer nuestra propia limitación mental, aceptar nuestra pequeñez y abrazar el hecho de que todos somos como granos de arena en el cosmos. Como tal, debemos cumplir nuestra parte, enfocándonos en lo esencial. Asegurarnos de nuestra pequeña área personal, nuestro "reino" entre las cuatro paredes que nos rodean. Aceptar tanto el vacío como la amplitud en nuestra vida.
Es fundamental reconciliarnos con la necesidad compulsiva de limitación, encontrar seguridad en el entorno más reducido, y admitir que estamos solos en el vasto mundo. Al mismo tiempo, expandir nuestro espacio interior en lo más profundo de nuestro ser, abrirnos y encontrar nuestro lugar en el mundo, así como un verdadero sentido de hogar. Finalmente, reconocer que nuestro verdadero hogar no es de este mundo.
La agorafobia es una palabra de origen griego, derivada de agora (plaza pública) y phobos (miedo), y se refiere al temor y rechazo hacia las multitudes. Está estrechamente ligada al miedo a la muerte que se siente a nivel inconsciente. Las personas que sufren de agorafobia suelen ser muy sensibles, emocionalmente receptivas y dotadas de una imaginación fértil. Dependen emocionalmente de otros y, en muchos casos, no han logrado separarse completamente de su madre. Les resulta difícil diferenciar entre su verdadero yo y los pensamientos que crean sus miedos, lo que a menudo lleva a que se identifiquen con esos miedos.
Estas personas absorben las emociones de los demás, especialmente sus temores, sin filtrar cuáles les pertenecen realmente. Tienden a magnificar tanto sus propios miedos como los de los demás, lo que los lleva a retraerse y a culparse por todo. Además, suelen comunicarse poco, excepto con aquellos en quienes confían plenamente, lo que contribuye a su aislamiento. A veces sienten que se están volviendo locos, pero este pensamiento debe ser desechado rápidamente.
Es fácil tener todo bajo control en un lugar donde se sienten completamente seguros, pero tan pronto como abandonan ese espacio, todo se desmorona. El agorafóbico entra en pánico rápidamente, y sus miedos lo dominan al punto de perder el control. Si un evento tiene un gran impacto en ellos (como un nacimiento, una muerte, un accidente o una tragedia), se hunden aún más en sus miedos, lo que empeora la agorafobia.
Qué hacer:
¡Cambiemos nuestra actitud! Los miedos envenenan nuestra vida, por lo que debemos aceptarlos para que puedan contribuir a nuestro crecimiento. Aprendamos a amarnos y aceptarnos a nosotros mismos (esto representa nuestro lado protector y maternal), y construyamos un mundo interior lleno de felicidad, donde no haya lugar para la crítica ni la dependencia. Es importante expresar nuestra creatividad y hablar de nuestros problemas. Somos responsables de nuestra propia felicidad.
Aceptemos que a veces es necesario tomar riesgos y enfrentarnos a nuestros miedos, los cuales bloquean el libre flujo de nuestras fuerzas creativas. Al liberarlas, podremos dominar mejor nuestro poder interior. Mantener una vida sexual equilibrada y activa también puede ayudarnos a liberarnos de esta fijación emocional que se manifiesta en el plano mental.
Alergia
Las sustancias que nos rodean y forman parte de nuestra vida generalmente son neutrales para el organismo. Sin embargo, si el sistema inmunológico las trata erróneamente como "enemigos", reacciona de manera exagerada y diferente a lo habitual. La alergia, por lo tanto, no es más que un "error" del sistema inmunológico: clasifica sustancias inofensivas como invasores peligrosos y lucha contra ellas con toda su fuerza.
El desarrollo de la enfermedad ocurre de la siguiente manera: el cuerpo, al primer encuentro, responde a una sustancia como si fuera un antígeno (un antígeno es una sustancia que estimula al cuerpo a producir anticuerpos, es decir, sustancias defensivas), por lo que comienza a producir anticuerpos. Luego, en el siguiente encuentro, como los anticuerpos permiten reconocerla de inmediato, la rechaza de manera agresiva y vehemente.
Probablemente, experimentamos antipatía o agresividad hacia alguien o algo, y nuestro cerebro interpreta este problema de esta manera. Las diferentes formas de alergia son similares al asma, pero en este caso, la reacción afecta más a los ojos, la nariz y la garganta que a los pulmones o el pecho. ¿A qué somos alérgicos? ¿Qué es lo que desencadena en nosotros una reacción tan fuerte? ¿Qué causa esta irritación y esta intensa respuesta emocional del cuerpo? Todas estas son expresiones de emociones reprimidas mentalmente. Si intentamos no darnos cuenta de algo, consciente o inconscientemente, o borrarlo, se abre camino de esta manera, y nuestro cuerpo "habla" por nosotros. Es como si hubiera algo dentro de nosotros que no debería estar allí, algo que perturba nuestro sistema de defensa. Este "enemigo" toma el control, el poder de actuar y de existir, y esto nos abruma. La alergia generalmente indica una profunda intolerancia, impaciencia, y a veces refleja el miedo a participar plenamente en la vida. Tal vez también demuestra que necesitamos deshacernos de los apoyos emocionales que nos sostienen, porque así aprenderemos a mantenernos de pie por nosotros mismos.
La característica más importante de una persona alérgica es que cree que no está en armonía con sus propios valores personales. Quiere llamar la atención de los demás, desea ser simpática y recibir ayuda. ¿Será que "usamos" la alergia para obtener amor? Es posible. De cualquier manera, una cosa es segura: somos alérgicos porque no aceptamos una parte de nuestro ser, y esta resistencia subconsciente hacia nosotros mismos es muy poderosa.
Las personas pueden ser alérgicas a una gran variedad de cosas: alimentos, objetos, formas, olores. Todo lo que afecta a los cinco sentidos (especialmente el olfato, que es la percepción más fuerte en términos de memoria), almacena muchas impresiones buenas o malas en el cerebro. Es muy posible que seamos sensibles a algo porque nuestro cerebro lo almacenó vinculado a un mal recuerdo, y entonces lo rechazamos instintivamente. Por ejemplo, si nos separan de un animal o persona que amamos, y más tarde nos encontramos en una situación que nos recuerda esa experiencia, volvemos a revivir esos eventos. Las sustancias con las que entramos en contacto en ese momento pueden desencadenar una alergia.
Si la situación que vivimos estaba llena de ansiedad, los senos paranasales se verán afectados (fiebre del heno). Si dominaba el miedo, la alergia se manifestará como tos (dificultad para respirar), y si experimentamos una separación difícil, los síntomas serán enfermedades o afecciones de la piel (eccema, urticaria, dermatitis). La alergia alimentaria puede originarse de una situación en la que tuvimos que decir "no" a algo que realmente amábamos, y así desarrollamos alergia hacia ello.
La alergia también puede significar miedo a lo nuevo, a las aventuras, una falta de confianza en la vida. La persona enferma siente que debe privarse de la alegría de la novedad, pensando que la vida solo consiste en días grises y rutinarios. ¿Quién o qué nos llena de tanto miedo? ¿Hay algo de lo que nos alejamos tanto que queremos mantenernos lo más lejos posible?
Parece que también hay casos en los que el cerebro asocia ciertas situaciones con determinadas sustancias debido a los homónimos (palabras con el mismo sonido pero con significados diferentes). En resumen: la alergia siempre es causada por frustración e irritabilidad hacia algo (en sentido simbólico, una situación, objeto o animal). Escuchemos el mensaje: lo que queremos rechazar, debemos aceptarlo y procesarlo. Así, el proceso de integración comenzará y la alergia desaparecerá con el tiempo.
Anciedad
La preocupación es, por lo general, una forma de miedo a lo desconocido, que está muy relacionada con la ansiedad. Puede manifestarse con varios síntomas, como dolores de cabeza, sofocos, calambres, palpitaciones nerviosas, sudoración excesiva, sensación de tensión, voz más fuerte, llanto frecuente e incluso insomnio. Si somos excesivamente preocupados, también podemos sentir escalofríos, recordándonos que tememos algo. Es un estado que oprime la garganta y puede hacernos perder el control sobre nosotros mismos y sobre los eventos de nuestra vida, ya que en este estado no somos capaces de pensar con claridad y prudencia.
Podemos sentir un desequilibrio, como si existiera un abismo entre nuestras percepciones del mundo físico y el no material. Aunque podemos controlar esta sensación hasta cierto punto, no encontramos una explicación racional para ella. En estos casos, perdemos el control por completo y sentimos que "el cielo puede caernos encima en cualquier momento". La preocupación puede surgir en casi cualquier situación, pero es importante recordar que nos convertimos en aquello a lo que dirigimos nuestra atención. Si enfocamos nuestra atención en nuestros miedos, es seguro que la preocupación nos invadirá, llevándonos finalmente al miedo a la muerte. La muerte, o aquellas cosas que ignoramos o no podemos ver pero que existen, aumenta aún más esta sensación de miedo.
Aquiles
El desgarro del tendón de Aquiles puede tener causas emocionales profundas. Este tendón sostiene toda la musculatura de la pantorrilla y se ancla en el talón. Una vez roto, la persona ya no puede dar un paso ni saltar, lo que sugiere que el talón se ha convertido en su "talón de Aquiles", es decir, en su punto débil. En la mitología griega, Aquiles, el héroe de la guerra de Troya, tenía este punto vulnerable porque su madre, al sumergirlo en el río Estigia para hacerlo invulnerable, lo sostuvo del talón, dejando esa parte de su cuerpo sin protección.
Glándula pituitaria
La glándula pituitaria (hipófisis) es una glándula endocrina ubicada justo debajo del hipotálamo, que segrega sustancias que influyen en otras glándulas endocrinas, jugando un papel importante en la regulación de la producción hormonal. Es como la "reina" que gobierna sobre las demás glándulas del cuerpo, desempeñando el papel de "director de orquesta". Si funciona correctamente, ayuda a equilibrar mi lado racional con mi lado intuitivo. Sin embargo, si hay un desequilibrio, es posible que mi lado racional tome el control, no dejando espacio para mi lado intuitivo, creativo y emocional. O puede ocurrir que mis percepciones psíquicas se "sobrecalienten".
Intento desarrollarme demasiado rápido, tomando cursos, leyendo muchos libros y probando diversas técnicas, lo que me desestabiliza, ya que mi cuerpo físico no puede soportar tantos cambios internos seguidos. Como la hipófisis es responsable de asegurar el buen funcionamiento de mi cuerpo, debo garantizar que mi cuerpo y mi alma estén en equilibrio, evitando los extremos y manteniendo el control sobre mis pensamientos y emociones.
Si se detecta un tumor en mi hipófisis, puedo experimentar una profunda sensación de impotencia, sintiendo que no soy capaz de alcanzar las metas que me he propuesto. Es como si intentara alcanzar una manzana en un árbol con el brazo estirado al máximo, pero no lograra alcanzarla. El obstáculo puede ser físico o emocional. Siento que soy demasiado pequeño o insuficiente (en ambos sentidos) para alcanzar mis objetivos, y temo los medios que debo emplear para lograrlos.
¿Cómo puedo llegar a la cima? Reconozco que los objetivos que me he planteado quizás son demasiado grandes para mí. Aprendo a ser paciente y comprensivo conmigo mismo, sabiendo que siempre actúo de la mejor manera posible y que busco lo mejor para mí y para los demás. Como soy sincero conmigo mismo, siempre estaré orgulloso de lo que logro, sin importar cómo se materialicen mis esfuerzos.
La enuresis
(mojar la cama)
Tiene un trasfondo emocional que está relacionado con la necesidad de liberar el "exceso" de algo, deshacerse de la sensación de presión acumulada. La expresión "me hago en los pantalones del miedo" es una referencia a cómo, en situaciones de ansiedad o peligro, el cuerpo también busca una forma de liberarse de la tensión. La enuresis nocturna es, en realidad, una descarga inconsciente de tensiones. Ocurre cuando la mente consciente "se ha quedado dormida", es decir, el niño ha perdido el control consciente y, durante el sueño, las emociones e imágenes reprimidas afloran en el "inconsciente dormido". Además, esto ocurre de manera que al despertar, el entorno también percibe lo sucedido, siendo consciente de la protesta interna del niño.
La enuresis nocturna es una protesta inconsciente contra el trato injusto del entorno y la falta de estabilidad en las circunstancias. La causa real del problema a menudo se encuentra en los padres, no en el niño "culpable". Los padres deben observar con más comprensión cómo su hijo se relaciona con el entorno y cómo las experiencias diarias le afectan. A menudo, la enuresis nocturna es provocada por expectativas excesivas de los padres hacia el niño, como ambiciones desmesuradas. También las discusiones entre los cónyuges o los conflictos derivados de diferentes enfoques en la crianza pueden desencadenar este "ajuste de tensiones".
La enuresis es como el llanto de la vejiga, una protesta contra un trato inadecuado, expectativas desmedidas o tensiones internas. El niño (o adulto) siente que se le pide demasiado, más de lo que puede manejar. Durante el día, debido a las fuertes presiones del entorno, no puede liberar la tensión acumulada ni dirigir las cosas como quisiera. Siente que no se le permite ser como realmente es y se le obliga a adoptar comportamientos que no le corresponden, impidiéndole comportarse como un niño. Nada sucede como a él le gustaría. Cuando disminuye el control consciente, la tensión también se alivia, y, como un bebé, deja que todo siga su curso, renunciando al control. Con la enuresis, el niño está diciendo: "Soy tan pequeño que me hago pipí en la cama por la noche. Cada vez que esto sucede, mis padres realmente tienen que prestarme atención y cuidarme. Siento que me están ignorando y descuidando".
Lo que se debe hacer es dejar de imponer constantemente nuestras ideas sobre los demás. No debemos exigirle a nuestro hijo que haga cosas que alguna vez quisimos hacer nosotros, pero no pudimos. En lugar de eso, debemos ayudarle a convertirse en quien realmente es. Nadie puede enmendar, a través de su hijo, las oportunidades que perdió en su propia vida. Sin embargo, los padres solo podrán ayudar a su hijo a resolver su problema si ellos mismos han resuelto sus propios conflictos, y ambos se han liberado de la tensión antinatural. Deben renunciar a la búsqueda de un rendimiento perfecto absoluto y no perseguir lo inalcanzable. La esencia de la educación radica en ayudar al otro a desarrollar todo el potencial que tiene dentro, en lugar de proyectar nuestras propias ideas sobre él. Con amor y comprensión, seremos capaces de liberar a nuestro hijo de la tensión interna, y así, ya no necesitará "llorar a través de su vejiga".
Miedo a los padres (generalmente al padre). Si durante la noche, mientras dormimos, dejamos escapar la orina, esto nos informa que el niño teme a la autoridad o a la rigidez, ya sea en la escuela o en el hogar. Si el niño se orina en la cama, está liberando de esta manera las emociones reprimidas durante el día (simbolizadas por la orina). Estas emociones se reprimen porque el niño teme ser castigado o no ser aceptado, lo que le lleva a pensar que no será querido. Al igual que los animales marcan su territorio con orina, nosotros, de manera inconsciente, sentimos la necesidad de hacer lo mismo. Queremos marcar nuestro propio espacio porque tememos que esté en peligro, que nos lo quiten o que no se respete, lo que nos genera una gran sensación de inseguridad y ansiedad. Esta incertidumbre se incrementa cuando tenemos que dormir en la oscuridad. Los niños a menudo experimentan la separación de una persona o un objeto querido de esta manera. Tal vez, por las noches intentan pedir "ayuda" con este acto, haciéndole saber a su entorno que necesitan calor y amor.
Como padres, es nuestra responsabilidad reconocer la sensibilidad de nuestros hijos ante la autoridad y ayudarlos a liberarse de las "garras" de una autoridad demasiado severa. Las palabras amorosas y de comprensión deben fortalecer su confianza en sí mismos. “Me miran con amor, compasión y comprensión. Todo está bien”.
Preocupación
La preocupación es, por lo general, una forma de miedo a lo desconocido, que está muy relacionada con la ansiedad. Puede manifestarse con varios síntomas, como dolores de cabeza, sofocos, calambres, palpitaciones nerviosas, sudoración excesiva, sensación de tensión, voz más fuerte, llanto frecuente e incluso insomnio. Si somos excesivamente preocupados, también podemos sentir escalofríos, recordándonos que tememos algo. Es un estado que oprime la garganta y puede hacernos perder el control sobre nosotros mismos y sobre los eventos de nuestra vida, ya que en este estado no somos capaces de pensar con claridad y prudencia.
Podemos sentir un desequilibrio, como si existiera un abismo entre nuestras percepciones del mundo físico y el no material. Aunque podemos controlar esta sensación hasta cierto punto, no encontramos una explicación racional para ella. En estos casos, perdemos el control por completo y sentimos que "el cielo puede caernos encima en cualquier momento". La preocupación puede surgir en casi cualquier situación, pero es importante recordar que nos convertimos en aquello a lo que dirigimos nuestra atención. Si enfocamos nuestra atención en nuestros miedos, es seguro que la preocupación nos invadirá, llevándonos finalmente al miedo a la muerte. La muerte, o aquellas cosas que ignoramos o no podemos ver pero que existen, aumenta aún más esta sensación de miedo.
Qué hacer: Aunque temamos lo desconocido, debemos confiar en que tanto en el presente como en el futuro nos sucederán las mejores cosas posibles. Los síntomas desaparecerán, junto con el miedo a la muerte.
Meninges
Las enfermedades de las meninges están relacionadas con la "envoltura" protectora que rodea el cerebro. Las meninges consisten en capas que desempeñan un papel protector, donde la "madre dura" (dura mater) es la capa externa que brinda protección rígida al cerebro, actuando como una figura materna estricta. La "madre piadosa" (pia mater) es una membrana más suave que cubre directamente el cerebro y se encarga de su metabolismo, brindando una protección más tierna. Entre la pia mater y la aracnoides (membrana aracnoidea) se encuentra el líquido cefalorraquídeo, que actúa como una zona de amortiguación. De este modo, el cerebro, un centro más masculino en términos de lógica y racionalidad, está rodeado por una esfera protectora femenina y emocional, que lo aísla y protege.
Lo que se debe hacer: Proteger y aislar al cerebro adecuadamente, como si se colocara en una cama de agua para protegerlo. La función de las meninges es amortiguar, nutrir y brindar una capa de protección emocional, facilitando el ritmo cráneo-sacral y su transmisión.
La meningitis es una inflamación de las membranas protectoras que rodean el cerebro. Esta enfermedad simboliza una lucha interna al más alto nivel, representando una batalla contra las fuerzas femeninas que deberían ser protegidas. En algunos casos, esta inflamación puede extenderse al cerebro mismo, convirtiéndose en meningoencefalitis. Ambas meninges, la suave (pia mater) y la dura (dura mater), se ven afectadas. Diferentes bacterias y virus pueden estar involucrados en este conflicto que se desarrolla alrededor del centro de control del cuerpo.
Los patógenos que invaden el sistema desencadenan una intensa batalla con el sistema inmunológico, el cual, como en toda inflamación, no tiene en cuenta las pérdidas. En este caso, se trata de una guerra en la que, literalmente, la cabeza y la vida están en juego. Los síntomas, que pueden ser extremadamente diversos y poco característicos, indican que este es un conflicto profundamente personal. La lucha es por la vida misma y por la supervivencia.
La meningitis primaria afecta principalmente a recién nacidos y niños pequeños, quienes parecen estar en una lucha constante por establecerse plenamente en esta vida. Su cabeza, ya de por sí sobredimensionada desde el nacimiento, se convierte una vez más en el campo de batalla de una lucha por la supervivencia. Así como la presentación transversal durante el nacimiento indica que el niño no sigue el "juego" de la vida de manera simple y directa como los demás, aquí también se expresa una resistencia específica. La inflamación aumenta la cantidad de líquido en el cerebro, lo que incrementa la presión intracraneal, y la fontanela blanda se hincha.
A largo plazo, existe el riesgo de desarrollar hidrocefalia, que es un símbolo trágico del énfasis excesivo en el polo masculino superior. Aunque parecería una interpretación lejana hablar de problemas relacionados con el ego o la mente en una etapa tan temprana, la terapia de reencarnación sugiere que estas resistencias tempranas y luchas agresivas por entrar en la vida son comunes desde el período prenatal. Simbólicamente, el niño se enfrenta a una mayor resistencia contra la nueva vida, una lucha contra la "madre oscura" primordial de la que acaba de liberarse. En muchas culturas, esta figura es representada por diosas como Hécate en la mitología griega o Kali en la india, quienes actúan con herramientas destructivas particulares.
El tumor cerebral está relacionado con creencias profundamente arraigadas y con la negativa a cambiar patrones de comportamiento antiguos. Un tumor cerebral es una proliferación anormal de células en el cerebro, y suele vincularse con emociones reprimidas, una gran culpa interna o sufrimientos del pasado. Si el tumor es primario, es decir, se origina en las células del cerebro, esto sugiere que el centro que maneja la información sigue anclado en pensamientos, creencias o esquemas mentales que ya no tienen relevancia en la vida presente.