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Salud
"En cuerpo sano, alma sana."


Las enfermedades y su conexión emocional


Desde pequeños, muchos de nosotros fuimos educados para pensar que las enfermedades siempre tienen una causa externa: el frío, el viento, los virus... Nos enseñaron que casi todo lo que afecta nuestra salud, proviene del exterior. Sin embargo, rara vez nos enseñaron a mirar hacia adentro, a observar cómo nuestras situaciones, emociones y energía pueden influir en nuestro estado físico. Esta manera de ver la salud deja de lado una realidad importante: nuestras emociones y energía juegan un papel crucial en el bienestar del cuerpo.


Un detalle importante que muchas personas desconocen es que, en los niños pequeños, hasta aproximadamente los ocho años de edad, las enfermedades no reflejan sus propias emociones, sino las de sus padres. Los problemas emocionales de la familia, especialmente de la madre y el padre, se manifiestan en el cuerpo del niño. A partir de los ocho o nueve años, las enfermedades comienzan a reflejar más las emociones propias del niño. Entender este concepto puede ser revelador para padres que buscan comprender mejor la salud de sus hijos.
 

Cuando vibramos bajo, cuando estamos llenos de emociones negativas o bloqueos energéticos, es mucho más probable que enfermemos. Por el contrario, cuando nuestra vibración es alta, cuando estamos en paz y en armonía con nuestras emociones, el cuerpo suele mantenerse saludable. Si esta perspectiva te resulta difícil de aceptar, no te preocupes, es completamente normal. Yo misma rechacé esta idea al principio, ya que, al igual que muchos, fui educada en una mentalidad diferente. Pero la vida me mostró otra realidad.

Como masajista terapéutica, a lo largo de los años he observado cómo las enfermedades, y dolencias en mis clientes, y en mí misma, siempre tienen una raíz emocional. El libro que consulto regularmente sobre las enfermedades emocionales ha acertado en cada caso. Lo que describe sobre las emociones detrás de una enfermedad siempre coincide con lo que he observado en mis clientes y en mí misma. Aunque mi mente estaba cerrada en un principio, no tuve otra opción que aceptar esta otra teoría al ver su exactitud en la práctica.


Mi recomendación es que, cuando te enfermes, te tomes el tiempo para leer sobre lo que tu dolencia puede estar tratando de decirte emocional y energéticamente. Si lo haces, descubrirás cómo tu estado emocional está directamente relacionado con tu estado físico. También puedes probar con una persona cercana, alguien que conozcas bien, y observar cómo su vida, sus problemas y su carácter se reflejan en su enfermedad. Al leer sobre su dolencia, te darás cuenta de que hay una conexión muy clara entre lo que el libro describe y la realidad de esa persona.


Aborto

El aborto es la negación consciente de un hijo no nacido, un acto motivado por el miedo al rol de madre y a los desafíos que conlleva (físicos, emocionales, mentales y sociales). También refleja la incapacidad de aceptar algo por lo que no se quiere asumir responsabilidad en el futuro, así como la falta de disposición para afrontar los retos y responder a las preguntas que plantea la vida.
Cuando se produce un aborto, es importante hacer las siguientes preguntas: ¿Quién quería al hijo, yo o mi pareja? ¿Tengo miedo de que el niño cambie mi relación o mis hábitos? ¿Temo no ser una buena madre debido a experiencias de mi propia infancia? Es posible que incluso el alma que iba a nacer haya cambiado de opinión. Por eso, es esencial abordar la situación con un corazón abierto, movilizar nuestras energías para resolver este estado "inmaduro", ya que, de lo contrario, es probable que futuros embarazos sean complicados. Los miembros de la pareja deben demostrarse mutuamente amor, respeto y responsabilidad si desean que el próximo hijo se desarrolle plenamente.

Qué hacer:
Evitar críticas y, en cambio, aprender a entender los sistemas de valores predominantes en cada momento. Es crucial dejar espacio para uno mismo, reconocerse y crecer de manera independiente de la maternidad, viendo la posibilidad de desarrollo personal que la maternidad puede ofrecer. Responder a los desafíos y armonizar el conflicto entre el deseo consciente e inconsciente de tener un hijo. Meditar sobre qué rol (madre, hija o mujer) tiene lugar en nuestra vida, y tomar conciencia del ego.
Según la filosofía esotérica, la vida no puede ser creada ni destruida, no tiene principio ni fin; simplemente existe. Debemos ser abiertos y receptivos a los grandes desafíos del destino, con entrega y responsabilidad, para madurar realmente y alcanzar la realización personal (que implica confrontar nuestras "sombras").



Acantosis

La acantosis se refiere a la proliferación de las células espinosas en la capa superior de la piel (frontera, creación de relaciones, delicadeza). Es como desarrollar una armadura en las áreas sensibles del cuerpo, aumentando la cantidad de células espinosas para proteger las zonas más vulnerables. La pigmentación anormal de la piel, que se oscurece principalmente en el cuello, las axilas, los codos, la región anogenital y los labios, es una forma de camuflaje o de ocultar heridas emocionales, acompañado de un engrosamiento y queratinización excesiva.

Qué hacer:
Reconocer sinceramente el miedo a ser herido, especialmente en las áreas más sensibles. Crear un sistema de protección consciente para fortalecer los puntos débiles de la vida y proteger de manera consciente las áreas vulnerables de nuestro ser.



Acatisia

La acatisia, o incapacidad de estar sentado, está relacionada con la necesidad de clarificar e interpretar la situación básica, y con el constante ir y venir, como si se saliera del camino marcado, por ejemplo, en casos como el del Alzheimer.

Que hacer? Lo que se recomienda hacer incluye ejercicios de orientación mental y emocional, así como danzas con movimientos circulares, como el vals o las danzas en círculo. También se sugiere la práctica de la pintura de mandalas y la meditación vespertina como un ritual consciente, así como el inicio de actividades teniendo presente el mayor objetivo, que es la unidad. Se propone desarrollar una confianza consciente en la naturaleza circular de la vida (como una mandala) y una actitud abierta para meditar sobre cada uno de los aspectos mencionados.



Acidosis
(demasiado ácido en la sangre)

Acidosis o acidificación: el desequilibrio causado por un exceso de energía yang en el polo masculino. El exceso de energía yang en el polo masculino altera el equilibrio de los fluidos corporales (el alma), ya que el ácido repele los iones de hidrógeno, mientras que su contraparte, la base, los atrae y los absorbe.

La acidificación se manifiesta tanto a nivel micro como macro: en el microcosmos, se traduce en rigidez muscular y reuma, y en el macrocosmos, en lluvias ácidas, suelos ácidos y la deforestación.

Generalmente, asociamos la palabra "ácido" con algo corrosivo y amargo. Detrás de la acidosis subyace una amargura emocional, que refleja la negativa a procesar una situación que inconscientemente nos agobia. A nivel físico, esto se manifiesta de tal forma que la sangre y los fluidos celulares tienden a volverse más ácidos.

Por otro lado, la acidosis láctica, que implica una gran cantidad de ácido en la sangre, refleja que estamos viviendo la situación con gran intensidad. Esta condición se presenta frecuentemente en personas con diabetes (lo cual indica una tristeza profunda), insuficiencia renal (que revela grandes miedos), o leucemia (que sugiere la sensación de que debemos luchar por todo en la vida). En casos extremos, el exceso de ácido puede llevar a reuma como consecuencia directa y, a veces, inevitable.

Qué hacer:
Para resolver este desequilibrio, es necesario dar lugar al alma mediante medios masculinos, examinando más a fondo la esencia del cuerpo femenino y de la Naturaleza como nuestra madre, con el objetivo de encontrar una salida a esta unilateralidad. Reconocer, aceptar y llevar a cabo la acción del polo masculino yang nos ayudará a comprender la tarea de eliminar la acidez tanto en el entorno como en nuestro cuerpo. Esto se logra utilizando la verdadera naturaleza del polo masculino liberado, el cual fue distorsionado por su manifestación negativa no liberada, que a su vez ha creado el materialismo opresivo como contraparte de la espiritualidad. Aunque la energía yin femenina por naturaleza se relaciona con la espiritualidad, el lado negativo y no liberado del polo masculino yang ha promovido descaradamente el materialismo. El objetivo a largo plazo es crear armonía entre los polos masculino y femenino.

Procesar (integrar) significa que debemos resolver y manejar cualquier problema o conflicto que nos moleste, que rechacemos o que envenene nuestra vida.
Hagámonos la siguiente pregunta: ¿cuál es esa situación emocional que nos consume y nos llena de tanta amargura? Tal vez estemos atravesando una situación que trae a la superficie recuerdos dolorosos de nuestra relación con nuestra madre. O sentimos insatisfacción hacia nuestros hijos, amigos, o hacia colegas de trabajo con quienes tenemos una relación de tipo "maternal". La acidosis respiratoria indica que no eliminamos correctamente el dióxido de carbono a través de la respiración, lo que en este caso sugiere que estamos experimentando amargura hacia nuestro entorno o hacia las personas que nos rodean.




Acilia

La acilia o deficiencia de ácido gástrico está relacionada emocionalmente con la capacidad de asimilar y aceptar las experiencias y emociones que la vida nos presenta. La falta de ácido gástrico puede reflejar una deficiencia en la capacidad de "digerir" y procesar ciertas situaciones de la vida. Específicamente, se asocia con la energía masculina (yang) y la habilidad para descomponer y analizar, lo que implica que puede haber una falta de acción o resolución en cuestiones relacionadas con las emociones y el hogar (energía lunar o femenina).

Qué hacer?
Se recomienda dejar de lado las reacciones ácidas y agresivas hacia aspectos que tienen que ver con el hogar y el entorno emocional. Es importante entender que el "ácido" debe estar en el estómago, es decir, ser usado para digerir alimentos y no para reaccionar ante eventos o personas de manera crítica o negativa. El objetivo es equilibrar las reacciones emocionales y aprender a aceptar y procesar las experiencias sin juicios, simplemente dejándolas entrar y asimilándolas de manera adecuada.
En resumen, se sugiere abandonar las actitudes críticas o amargas y vivir las emociones plenamente, sin caer en el análisis excesivo y sin ver los eventos del mundo con una perspectiva "ácida". Aprender a recibir y digerir lo que sucede, sin emitir juicios, es el camino hacia la sanación emocional.



Adams-Stokes

La respiración de Adams-Stokes es causada por una lesión en el centro respiratorio como consecuencia de problemas cardíacos, derrame cerebral o intoxicación, y es una respiración que ocurre antes de la muerte física. El centro respiratorio representa el intercambio y está relacionado con la ley de la polaridad. Es una pérdida del ritmo, una lucha en una situación desesperada.
¿Qué se debe hacer? Debido a que la resolución por parte del paciente ya es difícilmente posible, es responsabilidad de los familiares. Para los acompañantes, la solución es la liberación final, es decir, ayudar al paciente a abandonar conscientemente el cuerpo. Esto puede incluir reproducir misas o oratorios en la habitación del paciente, o leer textos como el Libro Tibetano de los Muertos o la Biblia.



Addison

Glándula suprarrenal derecha, arteria renal derecha, vena renal derecha: grave desnutrición emocional. Enfado hacia uno mismo. Arteria mesentérica, vena cava, aorta abdominal. El mal de Addison es una insuficiencia suprarrenal que simboliza una decepción profunda en uno mismo. También puede indicar un estado extremo de desnutrición emocional y espiritual. Tal vez en la infancia uno de los padres nos oprimió excesivamente o experimentamos agresión emocional, traumas o un disgusto tan intenso que sentimos que nuestra vida estaba en peligro. Como resultado, nuestro futuro se volvió incierto y comenzamos a dudar de nuestras propias habilidades. Esta enfermedad generalmente está acompañada de una actitud extremadamente derrotista; la persona se vuelve sin rumbo, no le interesa ni a sí misma ni a su entorno. A menudo estamos nerviosos y frecuentemente encontramos a otras personas antipáticas.

Es momento de encontrar nuestro lugar en el mundo y tener la energía necesaria para alcanzar nuestras metas personales sin necesitar la aprobación o consentimiento de los demás. Intentemos encontrar un método que nos acerque a nuestro yo interior, que posee recursos ilimitados y una gran autoestima. Me cuido con amor, cuido mi cuerpo, mi alma, mi mente y mis emociones.

El mal de Addison es una insuficiencia parcial de la corteza suprarrenal, lo que provoca una carencia de cortisona, aldosterona y hormonas sexuales (portadoras). Sed no solo en el sentido literal, sino una "sed del agua del alma", falta de apetito: la persona ya no tiene interés en el sabor de la vida. Pérdida de peso: el individuo ya no siente su propio peso en la vida. Diarrea: claramente la persona está "asustada" de algo. Debilidad: la pérdida del poder. Pigmentación intensa de la piel y las mucosas: la persona finge vitalidad.

Qué hacer: Concentrarse en el aspecto espiritual, más bien soltar en lugar de aferrarse. Desprenderse del poder. Practicar la entrega a lo esencial, enfocarse en las cosas importantes, practicar la dedicación. Tomar en cuenta las sombras, esos aspectos oscuros que absorben o brindan energía. Integrar el polo femenino (yin), la entrega como tarea de vida.



Adenitis

La adenitis, o inflamación de las glándulas, tiene una causa emocional. Cuando uno de los ganglios linfáticos de nuestro sistema linfático se inflama, estamos experimentando un miedo relacionado con alguna emoción. La parte del cuerpo afectada nos advierte sobre qué área de nuestra vida se trata. Intentemos averiguar la causa del dolor para reconocer con mayor claridad a qué está vinculado este miedo, y luego intentemos superarlo.



Adenoidea

Vegetación adenoidea (crecimiento excesivo de las amígdalas faríngeas) - causas emocionales:  Fricciones familiares, discusiones. El niño se siente estorbado o no deseado. El tejido linfático en la pared posterior de la cavidad nasofaríngea (amígdala faríngea), cuyo agrandamiento patológico se observa principalmente en niños y adolescentes, crece restringiendo la cavidad nasofaríngea, lo que dificulta o imposibilita la respiración nasal. El habla se vuelve murmurada, y la cara adquiere una expresión torpe. La enfermedad, que implica un agrandamiento de la amígdala faríngea detrás de la cavidad nasal, afecta principalmente a los niños. Esto causa una congestión nasal, obligando al paciente a respirar por la boca.

Aquellos que son muy sensibles, con una intuición desarrollada, "cierran" su nariz para no percibir cosas que puedan herirles, muchas veces magnificando pequeñas trivialidades. El paciente no encuentra su lugar en la familia, está enojado y siente que no lo aceptan. Estos conflictos y tensiones familiares proporcionan un terreno fértil para el desarrollo de la vegetación adenoidea.

Qué hacer: Este niño es deseado, es bueno que esté aquí, y es muy amado.


Adenoma
 
tumor benigno de glándula

El adenoma es un tumor benigno de una glándula. Al igual que con cualquier tumor en general, esta alteración es desencadenada por un choque emocional, y comienza a desarrollarse en la parte del cuerpo que ha sido afectada por esa conmoción (lo mismo se aplica al páncreas, hígado, riñones, próstata y las glándulas endocrinas).
Qué hacer: Es necesario aceptar los eventos del pasado para permitir el progreso y poder avanzar.


Adenopatía

La adenopatía se refiere al agrandamiento de los ganglios linfáticos, que ocurre como resultado de inflamación, tumor o infección. Dado que los ganglios linfáticos funcionan como pequeños "riñones" o filtros del sistema linfático, esta enfermedad nos afecta debido al estrés o conmoción emocional provocados por el miedo a los sentimientos. Nos sentimos atrapados en una callejón sin salida emocional. La parte del cuerpo afectada (cuello, axilas, pecho, abdomen, ingle) donde se ha hinchado el ganglio proporciona información más específica sobre en qué área de nuestra vida se encuentra el problema.

Qué hacer: Debemos fortalecer nuestra independencia, confianza en nosotros mismos y en los demás para tomar control de nuestra vida.


Adnexitis 

La adnexitis es una inflamación en la zona de los órganos sexuales femeninos, relacionada con conflictos sobre la fertilidad, la procreación y la sexualidad. La persona ve la sexualidad de manera equivocada, tratándola como si fuera una competencia, sobrecargando tanto el tema como la zona afectada.

Qué hacer: Cuidar la pureza en esta área, reconocer que el cambio frecuente de pareja sexual puede ser una expresión de conflicto, y vivir la sexualidad de manera adecuada. Es importante expresar valiente y abiertamente nuestras propias ideas sobre la fertilidad y la maternidad.



Afasia
 (trastorno del habla)

 La afasia ocurre cuando el centro del lenguaje en el cerebro está bloqueado, lo que afecta otros sentidos y vías de comunicación que quizás antes se habían descuidado. El lenguaje de las emociones y sentimientos tiene una nueva oportunidad de manifestarse, y es posible que nuestra alma esté intentando corregir un exceso de intelectualismo en nuestra vida.
Qué hacer: Reconocer qué es lo que "no deja hablar" al paciente; es más importante escuchar a los demás que hablar uno mismo. Comunicarse a través de sentimientos e intuiciones, es decir, sin palabras. El paciente debe aprender a transmitir cosas que no pueden expresarse mediante palabras. Descubrir nuevas formas de expresión, priorizando la "entrada" en lugar de la "salida". Valorar y practicar el silencio, aprender a escuchar "la voz del corazón" y desarrollar un estilo de vida contemplativo.
 


Afonía

La afonía puede tener varias causas, pero generalmente es provocada por una lesión en la laringe. Cualquier daño que afecte las cuerdas vocales puede ser la causa. Para producir sonido, las cuerdas vocales deben acercarse entre sí y vibrar. Esto es lo que genera la voz para hablar y cantar. Si las cuerdas vocales no pueden acercarse ni vibrar, la voz se pierde. Aun así, la persona afectada puede susurrar, ya que eso solo requiere la vibración de las falsas cuerdas vocales; sin embargo, si el nervio recurrente se daña en ambos lados, la capacidad de emitir sonido se pierde por completo.
La voz simboliza la autoexpresión y la creatividad. Un gran choque emocional (preocupación, tristeza) puede llevarnos a un estado en el que ya no sabemos qué decir. Es posible que este miedo intenso lo hayamos experimentado en el ámbito sexual, lo que afecta directamente la garganta y las cuerdas vocales, ya que, en cierto sentido, el centro de energía sexual (segundo chakra) está estrechamente conectado con el centro de la garganta (quinto chakra). De cualquier forma, la situación nos impactó tanto que no podemos hablar, no sabemos qué decir, ¡nos quedamos sin aliento!
Si un shock emocional nos hace desperdiciar nuestras energías, se forma un vacío interno que absorbe y suprime los sonidos que emitimos. En estos casos, es importante reconectar con nuestra comunicación interna. También es posible que este estado nos proteja, evitando que divulguemos secretos importantes.

¿Estamos usando nuestra voz para cosas buenas? ¿Quizás necesitamos guardar silencio por un tiempo? Estas son preguntas importantes que debemos plantearnos, como dice el dicho: "El silencio es oro, la palabra es plata".

Debemos aprender a utilizar nuestras capacidades de la manera más adecuada y expresar nuestras emociones, pensamientos y creatividad respetando a los demás.


Afta

El afta es una úlcera en la mucosa bucal, pequeñas lesiones inflamadas causadas por virus que interrumpen la continuidad de la mucosa en la boca. A nivel físico, la boca está relacionada con la recepción, la expresión y la madurez; la lengua con la expresión verbal y el lenguaje como una "arma", y el paladar con el sentido del gusto.

Aunque es inofensiva, esta condición provoca conflictos dolorosos relacionados con el gusto, transformando el placer oral en un proceso doloroso. También puede representar compromisos insatisfactorios sobre la pureza y la salud de lo que consumimos. En los niños, a menudo está relacionada con la ingestión de suciedad en grandes cantidades, lo que altera la higiene bucal, y el cuerpo responde con una reacción de hipersensibilidad.

Qué hacer: Enfrentar de manera abierta y directa la elección de sabores y alimentos (por ejemplo, después de un ayuno). Hacerte la pregunta: "¿Qué es lo más adecuado para mí?". Dejar que los síntomas nos guíen, ya que su dolor casi nos obliga a un ayuno, y buscar los placeres en otros lugares o niveles. Protégete de las cosas que te resultan insoportables; en términos de calidad, cantidad y consciencia, no ceder, volverte firme y decidido.

El afta es una lesión superficial dolorosa rodeada de inflamación que aparece en las mucosas, principalmente en la cavidad bucal: en las mejillas, labios, paladar, lengua y la mucosa faríngea. Es una lesión en la superficie de la mucosa oral, que suele manifestarse como una protuberancia blanquecina. Surge porque reacciono de manera sensible y fácil a mi entorno, absorbo fácilmente las vibraciones y el estado de ánimo de una situación. Sufro en silencio, con la boca cerrada.

También puede ser una señal de que enfrento dificultades que comienzan a arraigarse y volverse permanentes. El afta puede indicar que no soy capaz de expresarme, de decir lo que pienso o de reaccionar ante las cosas, porque no creo que esté en mi poder hacerlo. Es posible que en mi juventud viviera una situación incómoda sobre la cual no podía reaccionar o no me sentía capaz de manifestarme con firmeza. Si hoy en día vuelvo a experimentar una situación similar, recordando (conscientemente o inconscientemente) ese evento, las aftas vuelven a aparecer.

Mis palabras son en vano y están incompletas porque estoy demasiado nerviosa. Me quedo en silencio, sin pensar en rebelarme. Si soy víctima de una injusticia o siento asco por algo, si oculto mi insatisfacción (en mi boca), si deseo "desahogar mi corazón", puedo hacerlo de manera abierta y en armonía conmigo misma. Sin embargo, cuando abro la boca para hablar y expresarme, las aftas me causan dolor. Si quiero evitar que regresen aún con más fuerza la próxima vez, debo expresarme de manera abierta y tranquila a partir de ahora.


Agammaglobulinemia

La agammaglobulinemia es una enfermedad causada por la falta de anticuerpos, lo que significa una deficiencia en el sistema inmunológico. Esto provoca una vulnerabilidad ante ataques externos e internos, no solo de patógenos externos, sino también de bacterias que normalmente habitan en el cuerpo, como las del intestino, que pueden volverse peligrosas.
Qué hacer: A nivel consciente, es necesario "deponer las armas", abrir las fronteras del alma en lugar de renunciar a la defensa a nivel físico. Reconocer la infinitud de la vida y comenzar a vivir plenamente, entendiendo que todo está interconectado. La separación y distinción son solo obra de la mente.



Agorafobia

La agorafobia es el miedo a los espacios amplios y abiertos; el paciente teme aventurarse en el vasto mundo exterior, lo que refleja un miedo a los espacios grandes y libres en los planos mental y espiritual.

Qué hacer: Es importante tomar conciencia de la última fase del nacimiento, cuando se pasa de un espacio reducido a uno más amplio (sensación de pérdida en el mundo). Reconocer nuestra propia limitación mental, aceptar nuestra pequeñez y abrazar el hecho de que todos somos como granos de arena en el cosmos. Como tal, debemos cumplir nuestra parte, enfocándonos en lo esencial. Asegurarnos de nuestra pequeña área personal, nuestro "reino" entre las cuatro paredes que nos rodean. Aceptar tanto el vacío como la amplitud en nuestra vida.

Es fundamental reconciliarnos con la necesidad compulsiva de limitación, encontrar seguridad en el entorno más reducido, y admitir que estamos solos en el vasto mundo. Al mismo tiempo, expandir nuestro espacio interior en lo más profundo de nuestro ser, abrirnos y encontrar nuestro lugar en el mundo, así como un verdadero sentido de hogar. Finalmente, reconocer que nuestro verdadero hogar no es de este mundo.

La agorafobia es una palabra de origen griego, derivada de agora (plaza pública) y phobos (miedo), y se refiere al temor y rechazo hacia las multitudes. Está estrechamente ligada al miedo a la muerte que se siente a nivel inconsciente. Las personas que sufren de agorafobia suelen ser muy sensibles, emocionalmente receptivas y dotadas de una imaginación fértil. Dependen emocionalmente de otros y, en muchos casos, no han logrado separarse completamente de su madre. Les resulta difícil diferenciar entre su verdadero yo y los pensamientos que crean sus miedos, lo que a menudo lleva a que se identifiquen con esos miedos.

Estas personas absorben las emociones de los demás, especialmente sus temores, sin filtrar cuáles les pertenecen realmente. Tienden a magnificar tanto sus propios miedos como los de los demás, lo que los lleva a retraerse y a culparse por todo. Además, suelen comunicarse poco, excepto con aquellos en quienes confían plenamente, lo que contribuye a su aislamiento. A veces sienten que se están volviendo locos, pero este pensamiento debe ser desechado rápidamente.

Es fácil tener todo bajo control en un lugar donde se sienten completamente seguros, pero tan pronto como abandonan ese espacio, todo se desmorona. El agorafóbico entra en pánico rápidamente, y sus miedos lo dominan al punto de perder el control. Si un evento tiene un gran impacto en ellos (como un nacimiento, una muerte, un accidente o una tragedia), se hunden aún más en sus miedos, lo que empeora la agorafobia.

Estas personas suelen tener un sentido crítico muy desarrollado. Dada la gran incertidumbre a su alrededor, no confían mucho en nadie ni en nada, y si sienten que las cosas no salen como les gustaría, critican todo y a todos. La agorafobia a menudo refleja un conflicto con la madre, y su relación con ella suele ser objeto de constante crítica.

Qué hacer:
¡Cambiemos nuestra actitud! Los miedos envenenan nuestra vida, por lo que debemos aceptarlos para que puedan contribuir a nuestro crecimiento. Aprendamos a amarnos y aceptarnos a nosotros mismos (esto representa nuestro lado protector y maternal), y construyamos un mundo interior lleno de felicidad, donde no haya lugar para la crítica ni la dependencia. Es importante expresar nuestra creatividad y hablar de nuestros problemas. Somos responsables de nuestra propia felicidad.

Aceptemos que a veces es necesario tomar riesgos y enfrentarnos a nuestros miedos, los cuales bloquean el libre flujo de nuestras fuerzas creativas. Al liberarlas, podremos dominar mejor nuestro poder interior. Mantener una vida sexual equilibrada y activa también puede ayudarnos a liberarnos de esta fijación emocional que se manifiesta en el plano mental.


Alergia

Las sustancias que nos rodean y forman parte de nuestra vida generalmente son neutrales para el organismo. Sin embargo, si el sistema inmunológico las trata erróneamente como "enemigos", reacciona de manera exagerada y diferente a lo habitual. La alergia, por lo tanto, no es más que un "error" del sistema inmunológico: clasifica sustancias inofensivas como invasores peligrosos y lucha contra ellas con toda su fuerza.

El desarrollo de la enfermedad ocurre de la siguiente manera: el cuerpo, al primer encuentro, responde a una sustancia como si fuera un antígeno (un antígeno es una sustancia que estimula al cuerpo a producir anticuerpos, es decir, sustancias defensivas), por lo que comienza a producir anticuerpos. Luego, en el siguiente encuentro, como los anticuerpos permiten reconocerla de inmediato, la rechaza de manera agresiva y vehemente.

Probablemente, experimentamos antipatía o agresividad hacia alguien o algo, y nuestro cerebro interpreta este problema de esta manera. Las diferentes formas de alergia son similares al asma, pero en este caso, la reacción afecta más a los ojos, la nariz y la garganta que a los pulmones o el pecho. ¿A qué somos alérgicos? ¿Qué es lo que desencadena en nosotros una reacción tan fuerte? ¿Qué causa esta irritación y esta intensa respuesta emocional del cuerpo? Todas estas son expresiones de emociones reprimidas mentalmente. Si intentamos no darnos cuenta de algo, consciente o inconscientemente, o borrarlo, se abre camino de esta manera, y nuestro cuerpo "habla" por nosotros. Es como si hubiera algo dentro de nosotros que no debería estar allí, algo que perturba nuestro sistema de defensa. Este "enemigo" toma el control, el poder de actuar y de existir, y esto nos abruma. La alergia generalmente indica una profunda intolerancia, impaciencia, y a veces refleja el miedo a participar plenamente en la vida. Tal vez también demuestra que necesitamos deshacernos de los apoyos emocionales que nos sostienen, porque así aprenderemos a mantenernos de pie por nosotros mismos.

La característica más importante de una persona alérgica es que cree que no está en armonía con sus propios valores personales. Quiere llamar la atención de los demás, desea ser simpática y recibir ayuda. ¿Será que "usamos" la alergia para obtener amor? Es posible. De cualquier manera, una cosa es segura: somos alérgicos porque no aceptamos una parte de nuestro ser, y esta resistencia subconsciente hacia nosotros mismos es muy poderosa. 
Las personas pueden ser alérgicas a una gran variedad de cosas: alimentos, objetos, formas, olores. Todo lo que afecta a los cinco sentidos (especialmente el olfato, que es la percepción más fuerte en términos de memoria), almacena muchas impresiones buenas o malas en el cerebro. Es muy posible que seamos sensibles a algo porque nuestro cerebro lo almacenó vinculado a un mal recuerdo, y entonces lo rechazamos instintivamente. Por ejemplo, si nos separan de un animal o persona que amamos, y más tarde nos encontramos en una situación que nos recuerda esa experiencia, volvemos a revivir esos eventos. Las sustancias con las que entramos en contacto en ese momento pueden desencadenar una alergia.

Si la situación que vivimos estaba llena de ansiedad, los senos paranasales se verán afectados (fiebre del heno). Si dominaba el miedo, la alergia se manifestará como tos (dificultad para respirar), y si experimentamos una separación difícil, los síntomas serán enfermedades o afecciones de la piel (eccema, urticaria, dermatitis). La alergia alimentaria puede originarse de una situación en la que tuvimos que decir "no" a algo que realmente amábamos, y así desarrollamos alergia hacia ello. 
La alergia también puede significar miedo a lo nuevo, a las aventuras, una falta de confianza en la vida. La persona enferma siente que debe privarse de la alegría de la novedad, pensando que la vida solo consiste en días grises y rutinarios. ¿Quién o qué nos llena de tanto miedo? ¿Hay algo de lo que nos alejamos tanto que queremos mantenernos lo más lejos posible?

Parece que también hay casos en los que el cerebro asocia ciertas situaciones con determinadas sustancias debido a los homónimos (palabras con el mismo sonido pero con significados diferentes). En resumen: la alergia siempre es causada por frustración e irritabilidad hacia algo (en sentido simbólico, una situación, objeto o animal). Escuchemos el mensaje: lo que queremos rechazar, debemos aceptarlo y procesarlo. Así, el proceso de integración comenzará y la alergia desaparecerá con el tiempo.


Anciedad

La preocupación es, por lo general, una forma de miedo a lo desconocido, que está muy relacionada con la ansiedad. Puede manifestarse con varios síntomas, como dolores de cabeza, sofocos, calambres, palpitaciones nerviosas, sudoración excesiva, sensación de tensión, voz más fuerte, llanto frecuente e incluso insomnio. Si somos excesivamente preocupados, también podemos sentir escalofríos, recordándonos que tememos algo. Es un estado que oprime la garganta y puede hacernos perder el control sobre nosotros mismos y sobre los eventos de nuestra vida, ya que en este estado no somos capaces de pensar con claridad y prudencia.

Podemos sentir un desequilibrio, como si existiera un abismo entre nuestras percepciones del mundo físico y el no material. Aunque podemos controlar esta sensación hasta cierto punto, no encontramos una explicación racional para ella. En estos casos, perdemos el control por completo y sentimos que "el cielo puede caernos encima en cualquier momento". La preocupación puede surgir en casi cualquier situación, pero es importante recordar que nos convertimos en aquello a lo que dirigimos nuestra atención. Si enfocamos nuestra atención en nuestros miedos, es seguro que la preocupación nos invadirá, llevándonos finalmente al miedo a la muerte. La muerte, o aquellas cosas que ignoramos o no podemos ver pero que existen, aumenta aún más esta sensación de miedo.

Qué hacer: Aunque temamos lo desconocido, debemos confiar en que tanto en el presente como en el futuro nos sucederán las mejores cosas posibles. Los síntomas desaparecerán, junto con el miedo a la muerte.




Aquiles

El desgarro del tendón de Aquiles puede tener causas emocionales profundas. Este tendón sostiene toda la musculatura de la pantorrilla y se ancla en el talón. Una vez roto, la persona ya no puede dar un paso ni saltar, lo que sugiere que el talón se ha convertido en su "talón de Aquiles", es decir, en su punto débil. En la mitología griega, Aquiles, el héroe de la guerra de Troya, tenía este punto vulnerable porque su madre, al sumergirlo en el río Estigia para hacerlo invulnerable, lo sostuvo del talón, dejando esa parte de su cuerpo sin protección.

El talón es el punto que más conecta al ser humano con la tierra, simbolizando tanto física como simbólicamente la polaridad y el mundo de los opuestos, es decir, la dualidad. La dualidad se opone a la unidad del paraíso, y es el lugar donde la mortalidad y el sufrimiento existen. El talón, como el punto de conexión con la polaridad, es también el lugar donde cualquier injusticia y dolor pueden afectar a una persona, y donde la infelicidad, como expresión de la polaridad y opuesta a la felicidad de la unidad, tiende a manifestarse con mayor intensidad.

El tendón de Aquiles es el más fuerte del cuerpo, pero cuando se somete a demasiada presión, puede desgarrarse. Esto indica que la persona ha sobrepasado sus propios límites y se ha sometido a una presión tan intensa que ha "reventado". Esta situación suele ocurrir cuando alguien toma más riesgos de los que puede manejar o se fuerza a sí mismo más allá de sus capacidades, ya sea física o emocionalmente. Tras el desgarro, la persona vuelve a enfrentar la realidad y se da cuenta de que no puede ir más allá de sus límites humanos.

En el ámbito deportivo, una lesión en el tendón de Aquiles suele ocurrir cuando se fuerza demasiado el cuerpo con objetivos de alto rendimiento, lo que implica que se han sobrepasado los límites de lo que se puede alcanzar. El cuerpo entonces "cede", indicando que el objetivo deseado está fuera del alcance. En estos casos, el cuerpo juega el papel de "freno" ante el ansia desmedida de éxito, llevando a la persona a tomar un descanso y reflexionar sobre sus objetivos.

El desgarro del tendón de Aquiles es un recordatorio de que el cuerpo no puede soportar metas inhumanas y que las ambiciones desmedidas llevan a romper vínculos importantes. Es necesario reevaluar qué relaciones o situaciones están empujando a la persona hacia la infelicidad y romper con ellas, si es necesario. Una desconexión con la realidad polar o terrenal puede hacer que la persona pierda el equilibrio y corra el riesgo de "volar demasiado alto". El desgarro trae de vuelta a la persona a la realidad, pidiéndole que respete sus límites y encuentre un equilibrio.

Preguntas que pueden surgir tras una lesión de este tipo son:

1. ¿Dónde estoy sobrepasando mis límites?
2. ¿Dónde me estoy rompiendo emocionalmente?
3. ¿Qué relaciones o compromisos necesito acortar o abandonar?
4. ¿Dónde debo encontrar de nuevo estabilidad?
5. ¿Dónde mi ambición se ha convertido en una trampa?
6. ¿Qué haré cuando todas las conexiones se rompan?

La clave está en transformar la perspectiva y clarificar a nivel mental y emocional dónde se encuentra la persona y hacia dónde quiere dirigirse, evitando metas inhumanas que solo traen sufrimiento y desconexión.


Glándula pituitaria

La glándula pituitaria (hipófisis) es una glándula endocrina ubicada justo debajo del hipotálamo, que segrega sustancias que influyen en otras glándulas endocrinas, jugando un papel importante en la regulación de la producción hormonal. Es como la "reina" que gobierna sobre las demás glándulas del cuerpo, desempeñando el papel de "director de orquesta". Si funciona correctamente, ayuda a equilibrar mi lado racional con mi lado intuitivo. Sin embargo, si hay un desequilibrio, es posible que mi lado racional tome el control, no dejando espacio para mi lado intuitivo, creativo y emocional. O puede ocurrir que mis percepciones psíquicas se "sobrecalienten".
Intento desarrollarme demasiado rápido, tomando cursos, leyendo muchos libros y probando diversas técnicas, lo que me desestabiliza, ya que mi cuerpo físico no puede soportar tantos cambios internos seguidos. Como la hipófisis es responsable de asegurar el buen funcionamiento de mi cuerpo, debo garantizar que mi cuerpo y mi alma estén en equilibrio, evitando los extremos y manteniendo el control sobre mis pensamientos y emociones.
Si se detecta un tumor en mi hipófisis, puedo experimentar una profunda sensación de impotencia, sintiendo que no soy capaz de alcanzar las metas que me he propuesto. Es como si intentara alcanzar una manzana en un árbol con el brazo estirado al máximo, pero no lograra alcanzarla. El obstáculo puede ser físico o emocional. Siento que soy demasiado pequeño o insuficiente (en ambos sentidos) para alcanzar mis objetivos, y temo los medios que debo emplear para lograrlos.
¿Cómo puedo llegar a la cima? Reconozco que los objetivos que me he planteado quizás son demasiado grandes para mí. Aprendo a ser paciente y comprensivo conmigo mismo, sabiendo que siempre actúo de la mejor manera posible y que busco lo mejor para mí y para los demás. Como soy sincero conmigo mismo, siempre estaré orgulloso de lo que logro, sin importar cómo se materialicen mis esfuerzos.



La enuresis
(mojar la cama)


Tiene un trasfondo emocional que está relacionado con la necesidad de liberar el "exceso" de algo, deshacerse de la sensación de presión acumulada. La expresión "me hago en los pantalones del miedo" es una referencia a cómo, en situaciones de ansiedad o peligro, el cuerpo también busca una forma de liberarse de la tensión. La enuresis nocturna es, en realidad, una descarga inconsciente de tensiones. Ocurre cuando la mente consciente "se ha quedado dormida", es decir, el niño ha perdido el control consciente y, durante el sueño, las emociones e imágenes reprimidas afloran en el "inconsciente dormido". Además, esto ocurre de manera que al despertar, el entorno también percibe lo sucedido, siendo consciente de la protesta interna del niño.

La enuresis nocturna es una protesta inconsciente contra el trato injusto del entorno y la falta de estabilidad en las circunstancias. La causa real del problema a menudo se encuentra en los padres, no en el niño "culpable". Los padres deben observar con más comprensión cómo su hijo se relaciona con el entorno y cómo las experiencias diarias le afectan. A menudo, la enuresis nocturna es provocada por expectativas excesivas de los padres hacia el niño, como ambiciones desmesuradas. También las discusiones entre los cónyuges o los conflictos derivados de diferentes enfoques en la crianza pueden desencadenar este "ajuste de tensiones".

La enuresis es como el llanto de la vejiga, una protesta contra un trato inadecuado, expectativas desmedidas o tensiones internas. El niño (o adulto) siente que se le pide demasiado, más de lo que puede manejar. Durante el día, debido a las fuertes presiones del entorno, no puede liberar la tensión acumulada ni dirigir las cosas como quisiera. Siente que no se le permite ser como realmente es y se le obliga a adoptar comportamientos que no le corresponden, impidiéndole comportarse como un niño. Nada sucede como a él le gustaría. Cuando disminuye el control consciente, la tensión también se alivia, y, como un bebé, deja que todo siga su curso, renunciando al control. Con la enuresis, el niño está diciendo: "Soy tan pequeño que me hago pipí en la cama por la noche. Cada vez que esto sucede, mis padres realmente tienen que prestarme atención y cuidarme. Siento que me están ignorando y descuidando".

Lo que se debe hacer es dejar de imponer constantemente nuestras ideas sobre los demás. No debemos exigirle a nuestro hijo que haga cosas que alguna vez quisimos hacer nosotros, pero no pudimos. En lugar de eso, debemos ayudarle a convertirse en quien realmente es. Nadie puede enmendar, a través de su hijo, las oportunidades que perdió en su propia vida. Sin embargo, los padres solo podrán ayudar a su hijo a resolver su problema si ellos mismos han resuelto sus propios conflictos, y ambos se han liberado de la tensión antinatural. Deben renunciar a la búsqueda de un rendimiento perfecto absoluto y no perseguir lo inalcanzable. La esencia de la educación radica en ayudar al otro a desarrollar todo el potencial que tiene dentro, en lugar de proyectar nuestras propias ideas sobre él. Con amor y comprensión, seremos capaces de liberar a nuestro hijo de la tensión interna, y así, ya no necesitará "llorar a través de su vejiga".

Miedo a los padres (generalmente al padre). Si durante la noche, mientras dormimos, dejamos escapar la orina, esto nos informa que el niño teme a la autoridad o a la rigidez, ya sea en la escuela o en el hogar. Si el niño se orina en la cama, está liberando de esta manera las emociones reprimidas durante el día (simbolizadas por la orina). Estas emociones se reprimen porque el niño teme ser castigado o no ser aceptado, lo que le lleva a pensar que no será querido. Al igual que los animales marcan su territorio con orina, nosotros, de manera inconsciente, sentimos la necesidad de hacer lo mismo. Queremos marcar nuestro propio espacio porque tememos que esté en peligro, que nos lo quiten o que no se respete, lo que nos genera una gran sensación de inseguridad y ansiedad. Esta incertidumbre se incrementa cuando tenemos que dormir en la oscuridad. Los niños a menudo experimentan la separación de una persona o un objeto querido de esta manera. Tal vez, por las noches intentan pedir "ayuda" con este acto, haciéndole saber a su entorno que necesitan calor y amor.

Como padres, es nuestra responsabilidad reconocer la sensibilidad de nuestros hijos ante la autoridad y ayudarlos a liberarse de las "garras" de una autoridad demasiado severa. Las palabras amorosas y de comprensión deben fortalecer su confianza en sí mismos. “Me miran con amor, compasión y comprensión. Todo está bien”.




Preocupación

La preocupación es, por lo general, una forma de miedo a lo desconocido, que está muy relacionada con la ansiedad. Puede manifestarse con varios síntomas, como dolores de cabeza, sofocos, calambres, palpitaciones nerviosas, sudoración excesiva, sensación de tensión, voz más fuerte, llanto frecuente e incluso insomnio. Si somos excesivamente preocupados, también podemos sentir escalofríos, recordándonos que tememos algo. Es un estado que oprime la garganta y puede hacernos perder el control sobre nosotros mismos y sobre los eventos de nuestra vida, ya que en este estado no somos capaces de pensar con claridad y prudencia.

Podemos sentir un desequilibrio, como si existiera un abismo entre nuestras percepciones del mundo físico y el no material. Aunque podemos controlar esta sensación hasta cierto punto, no encontramos una explicación racional para ella. En estos casos, perdemos el control por completo y sentimos que "el cielo puede caernos encima en cualquier momento". La preocupación puede surgir en casi cualquier situación, pero es importante recordar que nos convertimos en aquello a lo que dirigimos nuestra atención. Si enfocamos nuestra atención en nuestros miedos, es seguro que la preocupación nos invadirá, llevándonos finalmente al miedo a la muerte. La muerte, o aquellas cosas que ignoramos o no podemos ver pero que existen, aumenta aún más esta sensación de miedo.

 
Qué hacer: Aunque temamos lo desconocido, debemos confiar en que tanto en el presente como en el futuro nos sucederán las mejores cosas posibles. Los síntomas desaparecerán, junto con el miedo a la muerte.



Meninges

Las enfermedades de las meninges están relacionadas con la "envoltura" protectora que rodea el cerebro. Las meninges consisten en capas que desempeñan un papel protector, donde la "madre dura" (dura mater) es la capa externa que brinda protección rígida al cerebro, actuando como una figura materna estricta. La "madre piadosa" (pia mater) es una membrana más suave que cubre directamente el cerebro y se encarga de su metabolismo, brindando una protección más tierna. Entre la pia mater y la aracnoides (membrana aracnoidea) se encuentra el líquido cefalorraquídeo, que actúa como una zona de amortiguación. De este modo, el cerebro, un centro más masculino en términos de lógica y racionalidad, está rodeado por una esfera protectora femenina y emocional, que lo aísla y protege.

Lo que se debe hacer: Proteger y aislar al cerebro adecuadamente, como si se colocara en una cama de agua para protegerlo. La función de las meninges es amortiguar, nutrir y brindar una capa de protección emocional, facilitando el ritmo cráneo-sacral y su transmisión.

La meningitis es una inflamación de las membranas protectoras que rodean el cerebro. Esta enfermedad simboliza una lucha interna al más alto nivel, representando una batalla contra las fuerzas femeninas que deberían ser protegidas. En algunos casos, esta inflamación puede extenderse al cerebro mismo, convirtiéndose en meningoencefalitis. Ambas meninges, la suave (pia mater) y la dura (dura mater), se ven afectadas. Diferentes bacterias y virus pueden estar involucrados en este conflicto que se desarrolla alrededor del centro de control del cuerpo.

Los patógenos que invaden el sistema desencadenan una intensa batalla con el sistema inmunológico, el cual, como en toda inflamación, no tiene en cuenta las pérdidas. En este caso, se trata de una guerra en la que, literalmente, la cabeza y la vida están en juego. Los síntomas, que pueden ser extremadamente diversos y poco característicos, indican que este es un conflicto profundamente personal. La lucha es por la vida misma y por la supervivencia.

La meningitis primaria afecta principalmente a recién nacidos y niños pequeños, quienes parecen estar en una lucha constante por establecerse plenamente en esta vida. Su cabeza, ya de por sí sobredimensionada desde el nacimiento, se convierte una vez más en el campo de batalla de una lucha por la supervivencia. Así como la presentación transversal durante el nacimiento indica que el niño no sigue el "juego" de la vida de manera simple y directa como los demás, aquí también se expresa una resistencia específica. La inflamación aumenta la cantidad de líquido en el cerebro, lo que incrementa la presión intracraneal, y la fontanela blanda se hincha.

A largo plazo, existe el riesgo de desarrollar hidrocefalia, que es un símbolo trágico del énfasis excesivo en el polo masculino superior. Aunque parecería una interpretación lejana hablar de problemas relacionados con el ego o la mente en una etapa tan temprana, la terapia de reencarnación sugiere que estas resistencias tempranas y luchas agresivas por entrar en la vida son comunes desde el período prenatal. Simbólicamente, el niño se enfrenta a una mayor resistencia contra la nueva vida, una lucha contra la "madre oscura" primordial de la que acaba de liberarse. En muchas culturas, esta figura es representada por diosas como Hécate en la mitología griega o Kali en la india, quienes actúan con herramientas destructivas particulares.


El exceso de líquido inflamatorio presiona el cerebro blando contra la dura pared craneal. Si los huesos del cráneo aún son lo suficientemente suaves para ceder, existe el peligro de que el niño desarrolle hidrocefalia. Si, por el contrario, es demasiado tarde para esto, el tejido cerebral puede dañarse, lo que puede dar lugar a una variedad de problemas neurológicos, incluida la discapacidad mental.

A diferencia de las inflamaciones en otras partes del cuerpo, que pueden expandirse, en el caso del cráneo, la presencia de agua en el proceso inflamatorio adquiere un papel crucial. Esto se debe a que, con la edad, la cavidad craneal se endurece y establece límites inamovibles para el aumento de volumen. El aumento de líquido que presiona el cerebro, y la resistencia que ofrecen los huesos del cráneo, crean una tensión que se manifiesta como dolor de cabeza en el paciente. En los adultos, la meningitis suele aparecer como una enfermedad secundaria. Si la tuberculosis se extiende a las meninges, el conflicto esencial ha alcanzado el nivel más alto y se convierte en una lucha de vida o muerte.

En los últimos años, se ha hablado mucho sobre la meningoencefalitis, una complicación peligrosa de las picaduras de garrapatas, lo que ha generado temor hacia la naturaleza. Estos pequeños seres, que hace décadas eran inofensivos, pueden interpretarse como una respuesta de la naturaleza ante nuestra violencia hacia ella. La madre naturaleza muestra su poder al enviar millones de estos pequeños "ayudantes", transformando a seres que antes eran inocuos en enemigos del ser humano.

Los síntomas de la meningitis giran en torno a la cabeza y el dolor de cabeza, aunque la médula espinal también está afectada, y a menudo aparecen síntomas similares a los de un resfriado. Los signos generales incluyen irritabilidad extrema y, en el otro extremo, apatía e incluso letargo profundo. La irritabilidad refleja una postura agresiva arraigada en el cuerpo, a menudo visible en el opisthotonos, una rigidez espasmódica en la que el cuerpo se arquea hacia atrás, casi levantándose de la cama. Este drama se intensifica con convulsiones que sacuden al paciente, como si una fuerza mayor intentara despertarlo a la vida.

El trismo (bloqueo de la mandíbula) revela la incapacidad del paciente para defenderse, incluso para "morder" si fuera necesario. Los mecanismos de agresión de la mandíbula quedan paralizados en su máximo nivel de tensión. La hipersensibilidad (hiperestesia) indica cuán sobreexcitada está la piel del paciente, que es la barrera exterior de su cuerpo. Mientras el combate por el escudo protector del cerebro se desata en su nivel más alto, la capa protectora del cuerpo está en un estado de máxima alerta.

Por otro lado, síntomas como la apatía reflejan cuán poco preparados están los pacientes para participar conscientemente en la lucha por su supervivencia. De hecho, observamos lo contrario: la somnolencia extrema muestra que, en el sentido más profundo, están "durmiendo" su vida. El sueño, conocido como el "hermano pequeño de la muerte", parece dominar sobre los intentos de liberarse de la madre primordial. La cabeza, que actúa como el "jefe" del cuerpo, debe acostarse, y el cerebro, el centro de control del organismo, corre el riesgo de volver a hundirse en las profundidades del mar primigenio.

La pérdida total de apetito sugiere que la persona ha perdido el deseo de vivir, o quizás nunca lo tuvo. Los delirios no requieren mayor interpretación, ya que expresan directamente los conflictos inconscientes que han quedado atrapados en la mente. Los intensos dolores de cabeza varían en intensidad, desde una sensación de pulsación y pinchazos hasta la sensación de que la cabeza está a punto de explotar. Esto refleja el grado extremo de tensión y conflicto que se experimenta en el cuerpo y la mente del paciente.

Este tipo de amenaza se cierne sobre aquellos cuya "cabeza" ha pospuesto demasiado tiempo o no ha estado lista para asumir su lugar en la vida. Esta situación revela cuán arrinconados se sienten. Esto también se aplica a los recién nacidos, quienes deben decidir si se comprometen con esta vida o regresan al "vientre primordial". El estruendo infernal que ocurre en el centro de control superior refleja un estado de conciencia no admitido. La expresión "podría explotar" pone de manifiesto la situación: algunos pacientes realmente sienten que la parte superior de su cabeza podría abrirse en cualquier momento, liberándolos de la insoportable presión. Esta sensación refleja las alternativas disponibles para ellos: huir hacia arriba, abandonando su cuerpo, o vencer la oscura presión y liberarse de su dominio.

Los pacientes no están en condiciones de mantener la cabeza erguida, por lo que deben acostarse o abandonar su cuerpo. En el llamado "opisthotonos", la excesiva extensión de la columna vertebral simboliza quizás el último intento de levantarse. Cada movimiento de la cabeza o las rodillas es doloroso, y permanecen tumbados en una postura arqueada, con la cabeza echada hacia atrás, el mentón extendido hacia arriba, reflejando el sufrimiento, pero también el desafío. Esta postura refleja poca humildad, mientras que la inflamación señala cuán poco dispuestos están a luchar conscientemente.

La mirada se dirige hacia arriba, hacia el campo de batalla o incluso más allá, hacia los cielos, el lugar al que temen escapar. Solo en el momento en que deciden luchar por su vida aumenta su probabilidad de supervivencia. Solo entonces puede disminuir la lucha física. La enfermedad viene acompañada de fiebre alta, lo que indica que se ha movilizado todo el organismo para este conflicto. Con cada grado de fiebre, la capacidad defensiva del cuerpo se duplica, mientras que el espíritu cae cada vez más en la apatía.

Los pensamientos comienzan a girar, surgen fantasías febriles, y no es raro que los pacientes experimenten su batalla infernal como si estuvieran viendo una película, ilustrada con símbolos poderosos. Bajo esta protección del "velo de la conciencia", pueden observar con distancia lo que, en un estado de conciencia normal, sería insoportable para ellos.

Síntomas como el aumento progresivo de la presión intracraneal revelan la tensión a la que está sometido el centro de control del cuerpo y cómo su capacidad de comunicación se ve cada vez más reprimida. En este estado, ni los adultos ni los niños pequeños pueden imponer su voluntad. Todas las inflamaciones incluyen la acumulación de líquido en los tejidos, lo que provoca hinchazones. Sin embargo, en este caso, no hay salida para el exceso de líquido. En los adultos, esto puede conducir al edema del nervio óptico, conocido como papiledema, que ocurre en el punto donde el nervio óptico sale de la retina. En casos extremos, este edema puede comprimir tanto el nervio óptico que el paciente puede quedar ciego. En los bebés, la fontanela, la parte blanda en la parte frontal del cráneo, se abulta. En el primer caso, el edema cerebral es la complicación amenazante; en el segundo, es la hidrocefalia.

En esta guerra interna, se acumula tanto "líquido emocional" que existe el riesgo de que ahogue las estructuras centrales de comunicación. Al igual que las meninges, que protegen el cerebro, se convierten en una amenaza, el líquido cefalorraquídeo también se vuelve peligroso. La inflamación provoca un aumento en la producción de este líquido, comprimiendo el cerebro de manera severa. Si la guerra se extiende desde las meninges hacia el propio tejido cerebral, como en la encefalitis, comienza una lucha de vida o muerte.

El cerebro, la "corona de la creación", es el campo de batalla. Los fallos menores o mayores en las funciones del cuerpo son señales del peligro inminente. Las alteraciones de la conciencia, que pueden llegar hasta la pérdida total del conocimiento, confrontan al individuo con la sensación de estar entre la vida y la muerte. En esta fase, el apego al cuerpo se debilita, y la conciencia puede separarse temporalmente del cuerpo. Esta guerra puede destruir la base de la comunicación y dejar secuelas permanentes.

En las meninges se trata de proteger la base de la vida. Con el aumento del flujo de líquido cefalorraquídeo y el retroceso del cerebro, se manifiesta la lucha de las polaridades: por un lado, el intelecto y su materia prima; por otro, el elemento femenino representado por el agua (inflamación). En cada fase de la vida, la tarea del ser humano es encontrar su propio centro, ya que esa es la única posición que es compatible con la vida. La enfermedad, en primer lugar, muestra cuánta batalla se libra en la fortaleza protectora alrededor del centro de la vida, y en segundo lugar, indica que ha habido una pérdida de equilibrio entre las fuerzas femeninas (acuosas) y las fuerzas masculinas (de fuego).

La guerra por el dominio sobre el cuerpo se desarrolla entre los patógenos y las defensas del cuerpo, así como entre las fuerzas de la madre primordial oscura que tiran hacia atrás, y las fuerzas espirituales claras que empujan hacia adelante y hacia arriba. El aumento del líquido en los adultos suele ser una compensación por una situación espiritual-seca, donde el intelecto ha dominado en exceso. La solución estaría en desarrollar un "pensamiento sensible", que implica unir la fuerza emocional femenina-acuosa con la intelectualidad seca y masculina.

En los recién nacidos, una interpretación más evidente de este aumento de líquido sería ver en él una representación de la lucha primordial entre el oscuro reino de la madre y las fuerzas espirituales que buscan ascender. Naturalmente, nos inclinamos a apoyar el lado masculino y rebelde en esta batalla, deseando que el recién nacido luche contra las fuerzas oscuras del caos y salga victorioso en esta ardiente lucha por la vida.

En cuanto a la tarea que los adultos deben aprender, los síntomas revelan una contradicción interna. Los dolores de cabeza extremos, donde el paciente siente que su cabeza va a explotar, reflejan la aparente incompatibilidad de las soluciones. Por un lado, con el aumento del líquido cefalorraquídeo, las fuerzas femeninas (emociones) intentan ganar impulso en la vida. Por otro lado, la agresividad masculina empuja con más fuerza hacia arriba. La tarea consiste en atreverse a librar la batalla en el nivel más alto; si es necesario, enfrentarse a la sensación de "explotar" (como lo indica el dolor de cabeza), encontrar su propio camino y enfrentar aquello que le angustia y oprime.

El líquido, que simboliza el aspecto femenino, es lo que literalmente presiona en estos momentos. La extensión exagerada de la columna vertebral simboliza la tarea de erguirse, desarrollar la conciencia de uno mismo, el orgullo y levantar la mirada. Y no hay nada más adecuado para ello que los propios impulsos mentales del enfermo y su libre flujo creativo, que se desborda en las fantasías febriles. La mezcla de imágenes mentales, emociones y sentimientos está librando una batalla por ocupar el lugar que le corresponde en la vida consciente.

Heráclito expresó que "la guerra es el padre de todas las cosas", refiriéndose claramente a Marte, el dios de la guerra, y al principio fundamental que él representa. El reto que enfrenta el paciente con encefalitis o meningitis es aplicar este conocimiento intemporal en su vida. Marte representa toda forma de energía, y se le puede satisfacer siendo valiente y dinámico. Esta valentía es la que impulsa a una persona a dar sus primeros pasos por sí misma en la vida, y a luchar, si es necesario, por los ideales adquiridos en ese camino.

En lugar de permitir que una guerra infernal se libre en el centro de su ser, la persona debería tratar los asuntos centrales de su vida con pasión y entusiasmo, encendiendo el fuego de la acción. En lugar de convertir su mente en un campo de batalla ardiente, su tarea es encender ese fuego en su entorno, enfrentándose a temas que le apasionen, permitiendo que lo sacudan desde dentro, en lugar de ser perturbado externamente por patógenos peligrosos que afecten su sistema nervioso central.

En el caso de la meningoencefalitis, es fundamental reconciliar las polaridades internas y librar una batalla intelectual y emocional con su propio mundo emocional femenino. El desafío es desarrollar un "pensamiento sensible", que equilibre los elementos femeninos y masculinos, dándole a cada uno lo que le corresponde. Este proceso no es diferente del nacimiento, ya que implica un choque entre las fuerzas femeninas conservadoras y las masculinas que avanzan. Abandonar el "regazo de la madre" es inevitable, pero no se trata de ignorar sus necesidades, sino de satisfacerlas en un nivel superior.

La pregunta clave es: ¿qué nuevo paso hacia la vida se presenta ante mí ahora? ¿Dónde necesito dejar atrás el aspecto maternal para redescubrirlo en un plano superior?

Estas preguntas invitan a una reflexión profunda sobre los conflictos internos y las emociones que podrían estar ejerciendo presión en tu vida. Aquí están las respuestas que podrían guiarte en ese proceso:

1. ¿Qué conflicto vital he negado?
Puede que estés evitando enfrentar un conflicto clave en tu vida, uno que involucra tu propósito o tu relación con otras personas. Tal vez haya una lucha que no has querido reconocer o que has preferido suprimir.


2. ¿Qué tema emocional pesa sobre mí y amenaza con explotar mi centro de pensamiento?
Las emociones no resueltas, como el miedo, la tristeza o la frustración, pueden estar acumulándose en tu mente, creando una presión que sientes como si fuera a desbordarse. Identifica cuál de estas emociones necesita tu atención.


3. ¿Estoy dispuesto a luchar conscientemente por la totalidad y ver el aspecto emocional femenino en ello?
Esto implica estar dispuesto a integrar no solo la lógica y la acción, sino también las emociones y la intuición femenina, reconociendo su valor en la lucha por lograr una vida equilibrada.


4. ¿Sobre qué he construido mis cimientos? ¿Sufro de terquedad o rigidez mental?
Pregúntate si te aferras a creencias o patrones de comportamiento que ya no te sirven, y si esto te está impidiendo crecer o adaptarte a nuevas circunstancias.


5. ¿Qué tan capaz soy de enderezar mi columna, levantar la cabeza, hacer valer mi voluntad y seguir mi propio camino?
Esta pregunta se relaciona con la capacidad de afirmarte, de tomar decisiones con confianza y de seguir tu propio camino sin dejarte influir por presiones externas.


6. ¿Tengo aún suficiente entusiasmo para embarcarme plenamente en la realización de mis sueños?
Reflexiona si aún conservas la pasión y la energía para perseguir aquello que más deseas en la vida, y si estás dispuesto a trabajar arduamente para lograrlo.



Responder honestamente a estas preguntas puede ayudarte a identificar las áreas en las que necesitas trabajar para liberar tensiones y vivir una vida más equilibrada y plena.


Tumor cerebral

El tumor cerebral está relacionado con creencias profundamente arraigadas y con la negativa a cambiar patrones de comportamiento antiguos. Un tumor cerebral es una proliferación anormal de células en el cerebro, y suele vincularse con emociones reprimidas, una gran culpa interna o sufrimientos del pasado. Si el tumor es primario, es decir, se origina en las células del cerebro, esto sugiere que el centro que maneja la información sigue anclado en pensamientos, creencias o esquemas mentales que ya no tienen relevancia en la vida presente.

El desarrollo del tumor cerebral suele ser consecuencia de un choque emocional intenso, relacionado con una persona a la que amábamos profundamente o con un sufrimiento previo que aún no hemos superado. También puede estar vinculado a sentimientos no resueltos como odio, ira, miedo, frustración o resentimiento hacia alguien o algo. Si el tumor está ubicado en la parte superior o central del cerebro, o en la hipófisis, a menudo esto indica que la persona ha experimentado un trauma emocional o tiene miedos relacionados con su espiritualidad o intuición.

La persona con un tumor cerebral es muy obstinada, se resiste a cambiar su forma de ver el mundo y de manejar la realidad. Le resulta extremadamente difícil aceptar el presente y todo lo que conlleva la vida actual. Piensa de manera rígida y experimenta una gran confusión interna. Acumula energías mentales que son contrarias a sus deseos más profundos o "divinos", lo que provoca una fuerte reacción en su cuerpo, y sus células cerebrales comienzan a crecer de manera descontrolada.
Lo que se debe hacer: Dado que el tumor cerebral representa una condición crítica y peligrosa, es necesario cambiar nuestra tendencia a cerrarnos. Debemos vivir con el corazón abierto si queremos detener el crecimiento del tumor. La vida está en constante cambio y siempre se orienta hacia lo mejor. Nuestra confianza personal ayuda a lograr este objetivo. Es fácil para mí reprogramar y redefinir mi "computadora" mental y emocional. Toda la vida está en transformación, y mi alma y mi mente también se renuevan continuamente.



Las enfermedades de las vértebras lumbares están relacionadas con la carga principal de la vida que debemos soportar. Estas vértebras representan una doble carga: estabilidad y movilidad, un aspecto que también se subraya en las expresiones "columna" y "eje del mundo". La mayor parte de los problemas de hernias discales (95%) ocurren en esta región, donde los conflictos se desarrollan entre los impulsos inferiores del área pélvica (instintos) y los impulsos superiores (corazón, mente).

Lo que se debe hacer: Debemos aprender a llevar y soportar tanto el peso físico como la carga de la responsabilidad existencial. Nuestro cuerpo superior se apoya en las vértebras lumbares durante toda la vida, conectando la base sagrada (os sacrum = sacro) con el eje del mundo.